jueves, 30 de agosto de 2007

Crónica de una Tarde de casta y colores


Un Lorenzo justiciero se empeñaba en recordarnos que habíamos bebido demasiado vino. Ibamos dispuestos a ser testigos de una nueva reedición de aquel MANOLETE 0 – ISLERO 1.


  • “Nene ¿De qué color van los nuestros?”

  • “De rosa palo” me respondieron



Yo pensé para mis adentros que, si queríamos que se repitiera aquel mítico resultado ¿no tendríamos que ir con los de negro?
La entrada a la plaza se nos hizo harto complicada, más aún lo fue el acomodamiento. Las localidades eran mínimas y no había posibilidad de doblar las rodillas sin apoyarlas en la chepa del de delante.
“Aquí se paga la vertical” nos dijo aquel espectador que parecía llamarse Vladimir González, dirigente local de Comisiones Obreras con vocación de legislador justiciero. El hombre movía el brazo de abajo arriba partiendo desde el canto posterior de la piedra que había pagado como asiento. Como buen Vladimir olvidaba el buen señor que eran sus flotadores los primeros en traspasar aquella imaginaria línea vertical que su ley trazaba. Pero como era bueno, tan sólo tardo unos minutos en comprender que vería toda la corrida con aquellas rodillas sobre sus flotadores y con una de sus rodillas en el flotador de otro y el hombro bajo la axila del de al lado.
El primer toro lo necesitamos para ir acoplándonos: “sujétame este codo que mi hombro es pal de atrás” “señor, ¿me permite que utilize su oreja para apoyar mi puro?” “de acuerdo, pero a condición de que este chaval me deje de acariciar la pantorrilla” “perdone, que pensé que era la de mi novia” “¿y los pelos no te llamaban la atención?” “pero entonces, ¿quién era el que me estaba tocando a mí?” “je,je” se oyó por lo ‘bajini’ al Presti.

Al final del primer toro, careto y meano, ya estaba allí la sombra. Para entonces la plaza entera se movía como una sola persona, hasta el punto de que un pedo disimulado con estornudo en el tendido 3 provocó un “Jesús” con risilla de complicidad en la grada del 6.

  • “Ahí va el nuestro”
  • “Pero si no va de rosa”
  • “No, no, que se lo ha robado el chaval del pueblo"
  • “Si es que, venir a Linares a torear…”
  • “Pues yo aquí he cortado oreja y rabo alguna noche”
  • “Deja de fardar y dale al puro que ahí va el nuestro”

Los puros comenzaron a humear. Tanto que algún abuelo de ruidosa y aun más dificultosa respiración se sintió rejuvenecer al creer que habían encendido de nuevo los hornos de las minas en las que perdió el silencio para el resto de su vida.

Allí estaba el toro, negro zaino, astifino, sin fijeza, corrilero.
El toro, encastado, lo primero que intentó fue hacerle un tratamiento acelerado de adelgazamiento al hermoso picador. La técnica era innovadora, se trataba de poner los 900kg de caballo encima de los 130 de picador. De este modo, por el efecto “plancha-prensa”, el picador debía quedar como para no ser admitido en la Pasarela Cibeles, pero se demostró que lo del subalterno estaba asentado, y que lo suyo no podía ser por retención de líquidos, si no aquello se habría convertido en una macedonia.


Mientras tanto el que no iba de rosa se iba a brindar el toro. La plaza moviéndose a una, esperando un “va por ustedes”, y el torero va y elige al tonadillero local “!!!!Que no, que ese va de negro!!!! Que eso da mal fario!!!” “déjame los prismáticos que lo vea…. Si es el Sabina…. ¿pero ese no era rojo?” “¿qué pasa con los rojos?” dijo Vladimir, “no que como va de negro….¡toma Vlad!, dale a la bota, que es un vino de Granada que debes probar por un par de motivos que algún día te contaré” (¡glup! Con tanta bandera de España ya me estaba yo creciendo)
El toro corrilero seguía sin echarle mucha cuenta a todo aquello. “A ver quién es el próximo gilipollas que se me pone delante” debía de estar pensando.

Pues allí estaba el que no iba de rosa en el medio de la plaza. QUIETO, derecho como una vela derecha (porque si meten una vela en aquella plaza se queda como un plátano, como nos quedamos todos, incluido el picador) NO SE MOVÍA, simplemente le decía al toro “sssss, eeeeh!”. Y el toro que de repente encontró algo en lo que fijarse, ahora ya sí que tenía fijeza, ya había aparecido su “gilipollas”… “Sssss, eeeeh!”. El torero TIESO, con la muleta perfectamente perpendicular y pegada al pecho y perfectamente paralela al albero. “¡Ejeh!”. El toro arrancó con fuerza, “verás tú donde va a acabar este, ¡hacédle sitio ahí en las gradas que vaaaaaa!”. El torero NO PESTAÑEÓ cuando el toro pasó como una exhalación a través de su muleta pegada al pecho. Sus hombros seguían más atrás de la vertical (gracias Vladimir por la lección de geometría) de su trasero. El toro en la otra punta de la plaza miraba desconcertado “¿¿¿¿¿¡¡¡!!!????” … y echó a correr otra vez, pero en ésta pegó un saltillo al llegar al capote, lanzando la cabeza para adelante y para arriba con la intención de mandar a aquel gilipollas a esparragar fuera de su plaza. Así siguieron tres o cuatro lances, con el toro cada vez más cabreado y el torero igual de quieto, de tieso y de torero. Sólo hubo una vez en la que tuvo que mover el culillo unos centímetros hacia atrás. Sí, sí, Vladimir, no te lo tomes así, pero es que si no, se lo lleva por delante. Ahí me di cuenta que el que no iba de rosa no pestañeaba porque si lo hacía se le podían escapar esas centésimas de segundo imprescindibles para no convertirse en un pincho moruno. Ahí se dio cuenta también el toro de que había estado más cerca que nunca, no sabía porqué, pero veía que allí había trampa.
Cuando terminó la serie nos pusimos en pie, embrutecidos, tirándole la ceniza a los de delante, “¡eres el número uno!” “¡el uno es Morante!” dijo algún incauto desde el otro lado de la plaza “¡anda y te mueres!” respondió ágil el “Presti”. Pero el incauto fue cauto e hizo bien en no responder porque de otro modo habría conocido de donde le viene el prestigio al Presti.
Los de atrás, mareados por la humareda, pedían por favor que nos sentásemos. Los de delante, pedían que no traspasaramos la vertical y que no les tirásemos la ceniza de nuestros habanos de contrabando. Los de al lado que nos callaramos. Pero nosotros ya sólo teníamos ojos para EL DE AZUL. Nunca había visto a alguien conseguir tan rápido tanta comunicación, y SIN MOVERSE.
Ahora, torito, te vas a enterar de quien soy yo. Soy JOSE TOMÁS, y te llevo por este pitón ¡Ole! Y te pruebo por el otro ¡oooooole! Y mira que soy más chulo que tú, que no me das miedo, que JUNTO LOS PIES, que BAJO LA MANO, que si te paras, me da igual, que si me miras, me da igual, que sigue mi muleta, que yo no me muevo que se me enfada Vladimir, y que aquí mando yo, así que sígueme que lo vamos a hacer precioso, y que no me mires tanto que se asustan en la plaza, ¿no oyes los murmullos? que tienes al Sabina acojonao, pero yo no me muevo, que estamos en Linares y aquí la verticalidad es importante.
Y el toro cabreado: no entiendo lo que pasa, Cuando lo voy a coger, desaparece. Tampoco puede ser tan difícil, al gordo me lo he cargado bien fácil, pero aquí no puedo, me estoy mareando, un momento… ahí está el cabrón de nuevo, PARADO, llamándome, y cuando vaya a por él de nuevo se echará para atrás para luego desaparecer. El caso es que creo haberlo tocado varias veces pero cuando lo siento y aprieto no consigo clavar en nada…… El gilipollas éste de rojo es el rival más duro que me he encontrado en mi vida….. Estoy mareado, el caballo, las banderillas, he perdido mucha sangre…. Pero me lo tengo que cargar, cuando lo pille no voy a tener piedad… Voy a intentarlo otra vez……. ¡eeh! ¿y que coño hace este otro de AZUL aquí como un POSTE? ¡quita de en medio! ¡gilipollas! ¡que contigo no va la fiesta! ¡que el de rojo no sale hoy de aquí vivo!


¡HORROR! La tarde había terminado. El toro había cogido al que no iba de rosa. Si es que se la juega como nadie. El astado era dificilísimo, pero éste no sabe lo que es el miedo.
Todavía quedó tiempo para la épica. Torniquete, el tonadillero local descoyuntado, sangre hasta los tobillos (como un toro bien picado), y aún cojeando: pinchazo y estocada, dos orejas y epidural.



Depués ya vino algún bragado, algún ojalado, y algún jabonero chorreado. Pero ya no estaba el que no iba de rosa porque le había afanado el color el niño de Linares, y porque el toro, de puro cabreo, no con él sino con el de rojo, lo había quitado de en medio.

El animal, como último recuerdo asegura que pilló al de rojo, pero alguien por detrás le clavó una espada ¡A TRAICIÓN! Debía de haber un tercero en la plaza… a lo mejor ese de azul… Ya daba igual. La tarde se había acabado, sobre todo para él. ¡Casta!

lunes, 27 de agosto de 2007

HOLA HOLA HOLA

Ya estoy aquí, ya he vuelto. Sí, de las putas vacaciones, que a mí lo que me gusta es trabajar, que ya está bien de hacer el vago, ¡hombre! todo el día sin dar ni golpe. ¡A trabajar cabrones!¡que no os merecéis ni la mitad de lo que os pago! Unas horicas trabajando y ya tengo, encima de la mesa, cuatro dimisiones y una solicitud de aumento de sueldo..... ¡precisamente hoy! .... los cuatro pa su casa y el quinto, por listo, también. Ja, ja, ja, así me quito yo la depresión post-vacacional, cortando cabezas.




¿Intrascendente? A lo mejor sí, pero ahí está ¡escrito y publicado! que es lo que importa. Acabo de llegar del veraniego descansito y ya tengo mi entrada hecha. Sí, sí sí, intrascendente, no digo nada, pero aquí está ¿pueden decir todos lo mismo? Veo a la gente dando un pasito para atrás.



No! si al final va a tener razón el ex-trovador, quien asegura que Pedantín lleva más tiempo sin escribir nada que él cuando fue vilmente expulsado del Blog. Yo he intentado convencerle de que no fue una expulsión sino un ataque de ira de un Pedantín en estado puro que todavía no debe de tener muy claro si el dulce fruto de su pluma merece ser publicado en un espacio como éste. Porque, si no:

¿donde está el prometido resultado de esa quincena de retiro en idílica aldea mediterránea?



Mkgüen kal final tenemos kexpulsarlos a tós!!!!





Yo, para salvarme de la quema había pensado hablar hoy de la primera jornada de liga, pero como quiera que a mi equipo no le fue bien, pues os muestro una foto escaneada de La Razón, con su comentario y todo para que tengáis algo de lo que hablar.

Os sitúo: foto de la selección de Euskadi (en la que yo distingo a dos jugadores del Athletic y uno del Valencia) en partido amistoso contra Venezuela (de ahí viene, supongo, lo de Chávez) y en la que se dice, en euskera (supongo también que de ahí lo de De Juan Chaos), "Queremos la oficilidad". Ahora bien, una vez aceptadas la imaginación y creatividad del redactor, lo que no consigo entender es cómo diablos se pueden detectar faltas de ortografía en en un texto que no se comprende.