lunes, 26 de octubre de 2009

La Búsqueda

Es muy temprano y los primeros rayos de sol no calientan, pero alegran. La ciudad quedó atrás y la sucesión de pueblos pequeños, ríos y valles nos sitúan ante aquella montaña con pretensiones de faraónica muralla. Al otro lado nos espera La Meseta.

Serpenteando hacia la cima no podemos dejar de mirar el termómetro del coche; cada 100 metros de desnivel, un grado menos. Las heladas curvas blancas nos llevan hasta un imponente muro de piedra que anticipa el final del puerto. Para culminarlo sólo ha quedado una solución: atravesar el muro. Un túnel de 150 metros nos transporta a un paisaje lunar, no como el que se ve en las imágenes de la NASA, sino como ése que vimos de chicos en una noche de luna llena.
Las colinas suaves relucen con un manto de pedrería blanca. Los tristes y deshojados árboles de invierno se han convertido en plumeros de cristal.

Hemos llegado al último pueblo, siete casas de piedra gris helado. Siete casas: centro histórico, comercial, suburbio y arrabales de la mínima ciudad. Siete casas congeladas formando una plaza alrededor de la fuente congelada y su abrevadero de piedra. Entre dos de las casas sale un carril de tierra flanqueado por campos de cereales en pleno descanso invernal.
Tras dos kilómetros de carril es hora de caminar. Fuera del coche el frío es intenso, la noche muere poco a poco entre fantasmas.


Gigante, el sol asegura ser el rey mientras la niebla pelea por retrasar su muerte






En el camino hacia el pinar, el paisaje se nos va acercando, Incitándonos a disfrutar de las joyas esculpidas en la fría noche. Enseñándonos a afinar la vista y a centrarnos detalles.
Así, cuando lleguemos al oscuro pinar, no nos olvidaremos de que ella es caprichosa. Que sólo existe para quien sabe ver un bosque dentro de otro, para quien sabe que debajo del sol gigante hay un bosque enorme, con pinos altísimos que dan sombra a arbustos fabulosos que cobijan vastas praderas de musgo con mil seres al abrigo de la alfombra verde.


Es hora de empezar a buscarla. A Ella le gusta camuflarse y confundirse entre los demás habitantes de las praderas y detecta a los necios y los impacientes. Ella lleva demasiado tiempo esperando como para entregarse a alguien que no comparta su sensibilidad. Ella sólo sale cuando el momento es perfecto, le va la vida en ello. Tan sólo unos días para nacer y morir.

A veces, sólo a veces, se muestra esbelta, desvergonzada, exhibiendo su alegre colorido hasta entonces reservado a los demás compañeros de vida “inframusgo”

Sí, todo era por ti. He venido para llevarte conmigo, He venido a pasar frío, a que se me congelen los dedos y machacarme las rodillas; por tu porte y tu sombrero de trompeta, por tu sabor a mantequilla y tu intenso, muy intenso aroma a musgo y a pinocha. Aroma que seguramente, por intenso, consegirá que nunca seas la reina de las setas, porque para ser rey hay que ser mediocre y que los adormecidos paladares se sientan reconfortados ante la seguridad de lo discreto y reconocible. Tú, sin embargo, eres singular y generosa.

Ha llegado el momento de ponerse en cuclillas y frenar el tiempo. Otear los cercanos horizontes, y ellas se dejarán ver. Escondidas entre las hojas, abriéndose paso entre el musgo, solas o acompañadas.














A la vuelta, con las rodillas entumecidas, comprobamos que el sol está ganando la batalla. Las nieblas se refugian en el valle esperando la noche en que volverán a dominarlo todo.

Camino a casa, pensamos en lo acontecido; La pieza la hemos cobrado, una joya gastronómica llena nuestra cesta.





El esfuerzo ha sido grande y la Recompensa lo merecía, aunque no vuelva dentro de la cesta.

jueves, 10 de septiembre de 2009

CONTRAATAQUE

Fantástico sin duda el contraataque de hoy de ABC después del episodio de Rebelión Botellonil vivido en el municipio con más alta renta per cápita de España, Pozuelo de Alarcón, conocido por alojar a buena parte de los famosos de este país así como a gran número de ricos y poderosos hombres de negocios o, como a ellos mismos les gusta llamarse, las clases altas. De hecho, uno de los detenidos era nieto del Marqués de Feria (ABC 10-9-09). ¡Ay, estos municipales! ¿cómo se les ocurre fastidiarle el botellón al Marqués de Feria?

Aprovechando también las algaradas ocurridas en Lekeitio como respuesta a la retirada de fotos y carteles contra la dispersión, e ignorando deliberadamente la diferente naturaleza de una y otra lucha, tan distantes tanto por detonantes como por objetivos, no han tardado en saltar las voces omniscientes del “progerío” mediático español para reclamar para sí el virtuoso centro, ese nirvana político donde se juntan la paz, la felicidad y la sabiduría para, desde la paciente lejanía respecto a los radicales extremos (perdón por tanto epíteto, pero así queda más claro lo “indiscutible”) adoctrinar a las masas a cerca de cómo no decirle a nada que no, mientras tampoco le decimos a nada que sí, y así, que todo siga como hasta ahora que amíporlomenosmevademaravilla. ('leitmotiv' de los progreconservadores dominantes)

El caso es que las “clases altas” se han debido de sentir atacados y, claro, lejos de rehuir la batalla (nunca lo hicieron, aunque sólo fuera porque ellos nunca eran los que luchaban) pasan al contraataque: ABC publicaba hoy un artículo titulado: “Hombre, de izquierdas, ateo… y gamberro” con el subtítulo de Varón, de izquierdas y no creyente es el perfil del joven más tolerante con las algaradas callejeras y los enfrentamientos con la Policía, según el Injuve (dependiente del Ministerio de Igualdad)”
http://www.abc.es/20090910/nacional-sociedad/hombre-izquierdas-ateo-gamberro-20090910.html
El contenido del artículo pasaba a relatar algunos detalles más del estudio referido a 2008. Mi opinión es que con el único objetivo de darle algún empaque científico a la noticia y, en definitiva, permitirles dejar ese titular, que es lo único que la mayoría lee, que es lo único que permanece en la memoria, y que en este caso es lo que tranquiliza a las “clases altas” porque así confirman, tal y como ellos sabían, y ya olvidados del incidente que por pura diversión -y alcohol y seguramente otros estupefacientes de conocidos efectos enfervorizantes- han protagonizado los nenes, que los malos son los otros, o sea, los de izquierdas... Y no me tiren de la lengua porque si mis niños no estuvieran viendo a los rojos esos todos los días haciendo lo que hacen ¿eh? Seguramente no habrían aprendido a hacer estas cosas.

Por cierto, a los nenes los han castigado con que tienen que estar en casa a las 10 ¡y durante tres meses! Muchos de los padres han anunciado recursos y medidas ¿les comprarán una Comisaría casera para que la quemen en el hogar? ... Ya los veo en casa.... "nene, echa otro 'muni' al fuego, que seguro que ese ha votado rojo... ¿quieres que te compre la colección entera?"
Es lo bueno que tiene lo de ser creyente, siempre te queda el arrepentimiento: Una buena confesión, un par de avemarías y mañana, a pecar de nuevo!
A los ateos en cambio se les quedan estas cosas grabadas para siempre, y ya nunca podrán levantar cabeza. Encendamos pues la pira.

martes, 30 de junio de 2009

El ocaso

Aún no tiene cuatro meses y ya ríe a carcajadas. No sabes si es pronto para comunicarse de ese modo o por el contrario ha resultado tardía, pues desconoces la escala de las alegrías infantiles. A ti te parece una risa temprana, tal vez demasiado escandalosa para un cuerpo tan pequeño. Comienza alzando la barbilla y abriendo mucho la boca; te muestra, franca, las encías, al tiempo que arruga la naricita y achina un poco los ojos, como dejando sitio para que salga esa especie de tos ronca y divertida. Esperas observando su sueño tranquilo, sus manoteos nerviosos, algún tierno balbuceo, incluso el leve mohín que precede su llanto; esperas con devoción esa risa luminosa que te arregla el día. Lo que nunca espera un padre es sostener a su hija muerta entre sus brazos, aunque la muerte sea disfraz de un minuto y después se retire burlona. Ese minuto fatal se inicia con el grito de la madre desde la sala contigua. Ella ya lo ha vivido, aterrada la ha agitado, le ha soplado en la cara, ha hurgado en la pequeña boca de risa ausente. «La niña, la niña, por Dios, le pasa algo a la niña». Corres hasta ellas y arrancas a tu hija de las manos tensas de su madre. Parece un trapo, flácida, ausente. No puedes pensar, solo actúas; rápido, prueba y error. La sostienes bocabajo y zarandeas el cuerpecito de muñeca rota. «Mi hija, mi hija, se muere mi hija». Rápido; la volteas con brusquedad y te lanzas al sofá; se fija en tu retina su mirada azul perdida, desenfocada, su pecho inmóvil, un instante tan solo para mirarla; rápido. Rodeas con tus labios su nariz y su boca e insuflas, quizá demasiado fuerte. Sus pulmones se hinchan como un globo, media cara se pierde entre tus dientes. Que te como mi niña, que te como; quieres pensar que es un juego. Soplas de nuevo. Vuelve, vuelve cariño. A la tercera regresa el aire a tu boca con una tos ahogada, exhausta. «Gracias Dios mío, gracias, que la he visto muerta, que estaba muerta mi niña, Dios mío». Y esa tos pequeña torna a respiración pausada, no me asustes más hija mía, torna a risa luminosa. Entonces es cuando te aflojas, tras ese eterno minuto que trajo canas a vuestros cabellos, y maldices a Dios, descreído. Maldito por no ofrecerte siquiera un canje, por no fulminarte a cambio de aire para tu bebé. Entonces escuchas el tímido agó, despreocupado, conque se abre paso la vida y abrazas a la madre, llorosa, pensando que ya no es de vosotros de quien se trata.

jueves, 14 de mayo de 2009

Final de Copa del Rey: himnos, pitidos y cuchufletas

Y es que esto del fútbol y la mal llamada España plural es muy divertido (lo digo por tener un comienzo in medias res, que es lo que a mí me gusta). Ayer, final de Copa del Rey: Athletic de Bilbao / F.C. Barcelona, ahí es nada. El club más identificado con su nacionalidad (no reconocida), cómo demuestra la ausencia de extranjeros en sus plantillas amén de otros muchísimo particulares, y el que es "más que un club", slogan que últimamente viene siendo sustituido (como ayer me apuntaba certeramente un amigo al terminar el partido) por el de "Catalunya is not Spain". Presidiendo, el Rey de otro país con la Copa que lleva su título en la mano, para entregarla a esos héroes, que si bien juegan (muchos) en la selección nacional (¿?) pertenecen en realidad a otro país con cuya selección también juegan (¿?) aunque sólo amistosos... No, para nada resulta complicado, no lo crean...

Y pasó lo que tenía que pasar. Los auténticos controladores controlados del mundo, los mass media, ya tenían preparado el espectáculo. "Ya veremos qué sucede cuando suene el himno", " a ver, a ver los pitidos..." Y la gente frontándose las manos en las gradas... Madre mía, ¡qué repercusión!. Ahí, ahí, a joder el himno, y al Rey y a su p... madre. ¡Árbitro, cabrón...! Fuera, fuera...!

Porque eso ha sido siempre el fútbol, un sitio donde poder gritar, insultar y blasfemar hasta desgañitarse sin ningún tipo de complejo, expulsando en la mayoría de los casos todo el stress provocado por el matriarcado del hogar. Uno se siente cubierto, identificado con aquella amalgama humana, sabedor que su grito está respaldado por otros miles, seguro, reafirmado. "Claro que sí! Pitemos al himno, y al cabrón de negro ese! Míralo, míralo... Como corre! Claro! Desde pequeñito le tiene miedo a los leones!"

Algunos agoreros ya han pronosticado esta mañana la inminente desmembración del estado. Es tan divertido! Hoy lo veremos en todos los telediarios. Así es, ya hay noticia... Que el Barça haya ganado es pura anécdota. Lo importante es como un estadio entero desprecia un himno, a un Rey, a España, cañí y olé!

La guinda del pastel: TVE parchea la emisión, editando absurdamente unas imágenes (aparece un tío del Athletic al que al parecer le va a dar un infarto, por la manera en la que se aprieta el corazón) y emitiéndolas en diferido: se escucha un rumor de fondo, no se sabe si pitos, aplausos, vítores o insultos. Luego, un travelling de los reyes, majestuosos, siempre educados, disfrutando de la formidable acogida de ambas aficiones. El circo está montado, cuando se pretende pasar de puntillas, van y pegan este petardazo... Bravo por el realizador y el que le haya dado la orden. La excusa (o razón) perfecta para ser acusados de censores antidemocráticos y de suprimir la libertad de información etc. etc.

Si el fútbol es para pitar ¡coño! y cagarse en tó el mundo!

Madre mía...! la que nos espera... Y un sociata sospechoso de tocarse también el corazón (y otras partes de su cuerpo) durante el himno...lo tenemos de lehendakari!

Este país (¿?) es un país de cuchufletas. Sin embargo, resulta lamentable que abonemos la tierra donde crecerá la venganza y el odio, no se puede ser tan irresponsable...


lunes, 4 de mayo de 2009

Nunca, jamás

David Muñoz Dueñas, colaborador de Diario Jaén, murió hace unos días. Era comercial, vivía en Madrid y tenía una hija. Generalmente escribía columnas de opinión que siempre me resultaron certeras; me parecía un tipo reflexivo con la virtud de saber poner por escrito los pensamientos que desordeno cuando hablo de política, como si sus opiniones fueran mías pero mejor fundamentadas, como si él tuviera claro lo que yo tan solo vislumbraba. No le conocía, por lo que ruego toméis con cautela lo que cuento, pues os hablo de memoria, de recuerdos que he podido falsear, de frases sueltas recogidas en la prensa o en mis búsquedas por Internet. Sí visualizo su imagen: un hombre joven de incipiente calvicie que soluciona con un rapado que le favorece y le enmarca una mirada penetrante, con pinta de ser un tío interesante, alto, guapetón, quizá un punto desgarbado. Sale de casa para trabajar, le da un infarto y ayer se queda a solas en su nicho, supongo. Fin de la historia.
Eddi Vansi, escritor fracasado, noctámbulo, alcohólico y dotado de la lucidez de los genios vencidos muere el mismo día. Puedo verlo, Tanqueray en mano, tras la barra de su antro madrileño escuchando las penas de su jefe que se arruina, de Susana la Bohemia que esquiva la vejez arreglando el mundo mientras el orujo se desliza por su gaznate, hablando de Clara o de su exmujer, bajando la persiana para emborracharse a solas o para follarse a alguna de sus fanáticas seguidoras, que tras leer su blog (su vida, sus pensamientos) Fracasar no es fácil no pueden evitar buscarle para entregarse a ese maldito y malhablado genio que decide conservarse en ginebra en lugar de ganar el premio Planeta, o el Nóbel, qué carajo.
No recuerdo cuando comencé a frecuentarlo, pero sí que me ganó como lector apasionado desde que por casualidad leí uno de sus párrafos. Cuando en 2007 le dieron el premio 20Blogs al mejor blog literario (creo recordar) me hice fijo. Llenó su copa, dio una palmada en la mesa y soltó una carcajada pensando en lo pretenciosos que resultan los premios, dijo quién debía haber ganado y se limpió el culo con la encuesta de autobombo que solo publicaron a los demás ganadores, la suya se perdió tras accionar la cisterna, porque Eddi escribía para descargarse las tripas.
Estuvo un año desaparecido; depresión, imaginé, y hace poco volvió. En su última entrada descubro que Eddi tenía dos mitades: una es una chica que publica en solitario el blog La punta del tacón y la otra se llamaba David y ha muerto, lo que para Eddi debe ser como haberse quedado en coma, mudo y con algo de vida.
Me entero ahí, en esa última entrada ‘epitafio’ escrita esta vez por la mitad de Eddi, que este David mantenía otro blog que paradójicamente llamó El escondite y en el que el veintiséis de abril publicó su última entrada: “De vez en cuando”, la tituló. Permitidme que no lo enlace, me parece mal hacerlo, pues el blog ya está muerto (el de Eddi también), pero copio el comienzo:
«Sería bueno que, de vez en cuando, no sé, cada cierto tiempo, un dios, no sé, su mano, nos volteara.
Sería bueno que nos metiera en un cubilete de dados y nos sacudiera febrilmente, y nos dejara caer renacidos y revueltos en el tablero...»

Curioso ¿verdad?, escribe eso y se muere, dejando esas palabras suspendidas en su ‘escondite’, y cerrando de paso y para siempre el tugurio de Eddi Vansi. Este David, segundo muerto del día, nunca dejó pistas de ser la mitad de Eddi (imposible sospechar que no era real, menos aún que lo escribiesen dos personas: un hombre y una mujer a los que solo unía la pasión por la escritura; ella incluso intentaba seducir a Eddi desde los comentarios), pero en este segundo blog que firmaba como DMD (¿David Muñoz Dueñas?) descubre que también vivía en Madrid, que tenía un trabajo (¿comercial? no vivía de sus escritos), y que tenía una hija de ocho años a la que adoraba: Sofía. No es solo eso, son sus palabras, el estilo tan distinto pero tan poco distante, su ideología. Creo firmemente que la misma persona escribía la columna que leía en prensa y el blog que devoraba con pasión, y este convencimiento me ha inundado de sentimientos que necesito compartir, y lo hago por escrito.
Me habría gustado ser Eddi Vansi porque en su derrota estaba la mejor de las victorias: Fracasar no es fácil. Toda una vida de entrenamiento. Yo quería ser Eddi Vansi, en el fondo quería ser un personaje, nunca deseé escribir como el autor, deseaba escribir como Eddi. Con su talento yo me comía el mundo, pensaba, y era un espejismo. Con ese talento David tenía que picar puertas para vender enciclopedias, o visitar talleres para vender recambios o enviar mailing desde una oficina, qué se yo. Luego en casa, quizá con menos tiempo del que yo presumo, servía una copa a Eddi y le creaba una vida tan real y tan jodida que me dejaba exhausto.
Me deja tocado esta historia. ¿Recordáis como nuestro Garrancho de "El Valle" coleccionaba cadáveres? Miraba la muerte a la cara, fijando la imagen de cada muerto en su archivo mental; eran los cromos de un adolescente suburbial, sin esperanza. Me parecía una colección brutal. Hoy me di cuenta de que ese horror se repite por los siglos, cambiando tan solo de piel. Los actuales adolescentes tecnológicos no encuentran jeringuillas en los parques, no oyen muertes a puñal, no son perseguidos por ladrones; ahora el chantaje es virtual, reciben la droga en paquete postal y la visión de la muerte está a un clic.
Si, ahora se pueden coleccionar blogs de muertos: una carpeta en Favoritos: “Muertos”, donde enlazar aquellos que quedaron en suspenso. Garrancho sería capaz de buscar para matar a un buen bloguero después de una entrada ‘conveniente’ (tristemente la de David lo era) para ganar un nuevo enlace. Así me parece aún más sicópata nuestro personaje, que curiosamente, como a Eddi, creamos a cuatro manos. Porque el blog de un muerto en el que no está activa la moderación de comentarios se convierte en un libro de visitas para la tumba del autor, en el libro de los muertos de nuestra era, tan desconcertante como el que mostraba Amenábar en "Los Otros".
En el blog de Eddi los comentarios son tristes, pero tienen nivel, como si no quisieran desmejorarle el blog al personaje, que por otro lado ya se sabe que está muerto; su libro de visitas es una celebración de su talento, una muestra de agradecimiento, un hasta luego, hermano.
En El Escondite de DMD los comentarios son mucho más escalofriantes. Esa entrada premonitoria sigue con alguna felicitación por su calidad, luego algún amigo se despide. Comienzan las dudas, hasta que alguien confirma su muerte, informando incluso de la sala del tanatorio donde se le vela. Hay de todo, incluso varios comentarios de quien parece su último rollo: una chica que conoció una semana antes de morir y que ante la visión de la desgracia necesita autoplocamarse la persona más importante en la vida de DMD y comienza a enviarle mensajes con poemas y canciones, hasta que tienen que callarla. El escondite de David termina convertido en el libro de su muerte, un libro con más contenido y más sobrecogedor que el de Eddi, pues en él se despide a la persona, no al personaje.
A David Muñoz Dueñas, colaborador de Diario Jaén, lo liquidan en su periódico con una necrológica de un tercio de columna lateral en una de las páginas finales, en el hueco más barato, seguramente. Ha muerto. Descanse en paz.

En fin, maneras de morir.

Un día hablamos de la trascendencia de las palabras, de lo peligroso que era ponerse por escrito con la inmediatez de un blog, de lo fácil que es buscar dobles intenciones, malinterpretar una broma, olvidarse de cuándo habla el personaje y cuándo la persona. Hoy me alegro de ser aquí solo Volti; Volti prepotente, borde, absurdo o divertido, pero Volti y no yo.
Porque no he podido evitar ponerme en el lugar de Sofía, imaginarme dentro de ocho o diez años, con la resolución de la adolescencia, queriendo saber de mi padre, ordenando las piezas. Encontraría su faceta profesional, de comercial solvente, el pluriempleo en periódicos locales como comentarista político y de opinión, en Diario Jaén, antes en Ideal. Quizá tendría alguno de sus escritos, conocería su pasión literaria, su genialidad creadora; y buscando tal vez encontrara que una vez formó parte de Eddi Vansi, y me enorgullecería de llevar su sangre.
Pero nunca, jamás, hubiera querido encontrar su escondite. Porque no hubiera podido perdonar a mamá el dejarme verlo cada quince días tan solo. Porque nunca, jamás, habría conseguido sacar de mi cabeza esos gritos pregonando su amor por mi, que, en forma de entradas, colgaba en su blog cuando no soportaba mi ausencia. Porque nunca, jamás, debería una hija recobrar a un padre casi olvidado mediante palabras recién salidas de sus dedos, mientras, sin saberlo, el aliento de la muerte empañaba su pantalla. Porque todos tenemos un escondite que nadie debería destrozar a patadas, y porque hay cantos que, aunque lo parezcan, no entonamos para siempre:
«Sería bueno que, de vez en cuando, no sé, cada cierto tiempo, un dios, no sé, su mano, nos volteara.
Sería bueno que nos metiera en un cubilete de dados y nos sacudiera febrilmente, y nos dejara caer renacidos y revueltos en el tablero...»
D.E.P.

viernes, 1 de mayo de 2009

Escaparate de vanidad

Seré totalmente sincero: principalmente escribo para epatar a quien tenga a bien leerme. Tranquilos, hasta hace un par de días yo tampoco sabía lo que significaba epatar (= pretender asombrar o causar admiración).

Es más, estoy convencido de que todos los que escriben (dentro y fuera de este blog) en el fondo buscan su dosis de reconocimiento.

Se me podrá decir que "cree el ladrón que todos son de su condición". Quizá sea cierto, pero yo al menos me quito la careta. Escribo para tirarme pegotes, incluso para causar envidia.

Y sinceramente creo que lo he conseguido. Cuando se me propuso colaborar en el blog se me interpeló por mis conocimientos enológicos. Meses después tuve la ocasión de probar un Pingus que cuesta más de una semana de sueldo de alguien bien pagado, como algunos de nosotros, y un Vega Sicilia que llevaba embotellado desde antes de que naciéramos algunos de nosotros (y eso que a más de uno las canas ya nos pueblan las sienes), entre otros deliciosos caldos.

Uno de los autores del blog, precisamente el que me invitó a participar en él, se apoda "porrito". Semanas después de recibir la invitación tuve la ocasión de probar no ya porritos sino el mismísimo caballo, azúcar moreno, opio o elixir de amapolas, con mal trago (que no maltrato) policial incluido.

El compartir experiencias como éstas, por muy mal narradas que estén, me hincha de vanidad, pero a la vez creo que pueden tener cierto interés para el blog y que Porrito, por lo que me conoce, acertó al invitarme.

Si en vez de mostraros el escaparate os dejara entrar en la trastienda no pensaríais que soy un engreído sino un desgraciado, y no os provocaría envidia sino compasión.
A la gente le encanta contar lo bien que le va y escuchar desgracias ajenas. Nadie disfruta aireando sus trapos sucios. Todo el mundo detesta oír a quien sólo cuenta las cosas buenas o grandiosas que le han sucedido.

Yo os podría decir que estoy puteadísimo en mi trabajo, que mamo todos los viernes por la tarde, que no me dan ni un puente, que mi jefe me veja, que curro cincuenta horas a la semana, que discuto muchísimo con mi mujer, que vivo de alquiler y no tengo un duro ahorrado, que no sé qué será de mí cuando me jubile, que apenas me hablo con mis hermanos...

¿Qué preferís: trastienda o escaparate? ¿Tendría interés la trastienda para este blog?

Por cierto, el Neichel sensacional, pero la crítica gastronómica que la escriba Porrito con sus huevos cuando sea él quien vaya a Barcelona...

viernes, 24 de abril de 2009

CATARSIS - Porrito

Ayer, tras enterarme de que Pano fuera decapitado mientras estaba trabajando en una nueva entrada con la que reavivar el Blog, tuve un arrebato justiciero e intenté que se hiciera un debate a plena luz sobre si Pano debía seguir o no. Pretendía simplemente que se dijera porqué sí o porqué no. Lo cual, por otra parte, debería ayudarnos también a decidir qué queremos hacer de este sitio.

Mi idea era que fuera un lugar de encuentro entre unos cuantos amigos, donde pudiéramos colgar aquello que queríamos compartir con ellos, para que lo leyesen, lo discutiesen, o nos crucificasen. Los temas a tratar, completamente abiertos: actualidad, política, gastronomía, deportes, cachondeos, filosofía, música, literatura…
Con esta idea yo invité al Trovador y al Pano. No con la esperanza de que tuvieran una pluma exquisita y nos ilustraran con deliciosos relatos (Más que nada, porque entonces no entiendo qué coño hago yo aquí, que ni soy escritor ni sé escribir relatos decentes. Aunque no me dé vergüenza intentarlo de vez en cuando), sino con la certeza de que sus puntos de vista y sus contribuciones enriquecerían nuestro moribundo Blog que, al parecer, sólo revive con el olor de la sangre.

A pesar de ello, finalmente he sido copartícipe, e incluso, sin quererlo, inductor de una lapidación que ninguno resistiríamos. ¿Qué autoridad tengo yo para decirle a nadie si escribe bien cuando yo no tengo ni puta idea de hacerlo? ¿Cómo puedo decir que un tema no va dentro de nuestra línea editorial si no tenemos línea editorial? Lo de ayer fue penoso, una vez más tiramos la piedra y escondimos la mano.
¿Cuál es el nivel de interés, calidad o contenidos exigidos a un escrito para publicarlo y quién los va a medir? Si definimos esto, podremos continuar. De lo contrario, no contéis conmigo.

Como bien retrataba Pedantín, crueles retos de adolescentes. Pero los retos de adolescentes ahora sólo me gustan cuando el riesgo es quedar uno como gilipollas. Yo ya prefiero no jugar a dejar a otros en ridículo para esconder mis propios fracasos.

A mí me gustaba el Blog como estaba, y me gustaría aún más con el Trovador dentro. Pero para ello tenemos que estar de acuerdo todos. Si lo que queréis es otro tipo de Blog, DECIRLO CLARO, entonces podremos pensarnos los demás si queremos participar o no.
Si no hubiera nada que decir, queda todo dicho: Au revoir!!


Ayer alguien a quien quiero mucho me dijo que a veces escribo como Groucho Marx. No sabéis lo que le agradezco la comparación. Y además me sirve para ilustrar lo que pienso: Nunca pertenecería a un Club que admitieran a gente como yo.

miércoles, 22 de abril de 2009

Cien Palabras: Oración

Yo Mecagüen Dios. Sí, y lo hago bien de mañana, antes de que el día se llene de momentos en los que volver a hacerlo aunque, por viscerales, sin la fuerza del sosiego y la reflexión. Y lo hago sin puntos suspensivos, porque cagarse en Él, como diría mi abuelo, es un acto de fe en Él mismo.

Quiero mirarle a la cara y decirle “Me cago en Ti” con la única esperanza de sacarle una sonrisa y conseguir que, en su infinita omnipotencia, Él también empiece la mañana cagando sobre sí mismo en lugar de sobre los demás.

martes, 21 de abril de 2009

Cien palabras (2) Para Volti y Porrito.

Me cago en... Dios mío! Nunca llegué a pensar que pudiera hacerlo. Ni siquiera cuando me lo plantearon en aquel absurdo desafío de adolescentes. Cómo les gustaba recrearse en sus rimbombantes peroratas y sus "aquí estoy yo", apóstata y contrarevolucionario, cosiendo banderas ajenas, como huérfanos de patrias con estúpidas causas, ansiosos de incontenibles pataletas para escapar de la alargada sombra del matriarcado del hogar...
Todo ocurrió muy rápido. Fue tras uno de esos encuentros virtuales a través del uso del código en los mensajes. Estaba muy claro. Debía de ser rápido, limpio, sin dejar rastro. Así les gustaba actuar, siempre lanzaban la piedra y escondían la mano. Nunca mostraron piedad, ni siquiera cuando encontraron evidencia de la ausencia de Pano...

P.Z.

Cien palabras

—¡Me cago en Dios! ¡Que no tengo huevos! ¡Tu me lo dices! ¡Tu! ¡Montón de mierda, que eres un montón de mierda! ¡Mira el enterao, que no ha tenío luces ni pa sacarse magisterio, que le pone su padre un sueldo y junta tres frases y ya se cree el Chéspir! ¡Será imbécil el tío, que me pone enfermo, que estaba yo publicando en Viva Jaén antes de que aprendiera el listo a hacer la o con un canuto! ¡A que te escribo diez sonetos mientras vendo cien unidades en Irán! ¡Y el idioma lo eliges tú, listo, so listo!