tanto tiempo después
¿alguien te ganó alguna vez? ¿hizo algún compañero un análisis más exacto? ¿logró alguna vez un furibundo enemigo documentarse mejor?
Si así fuera lo entendería. Años tragando bilis, odiando al que un día se atrevió a cuestionarte, armando en tu cabeza el ataque que tal vez un día no fuiste capaz de afrontar
…pero no lo entiendo, porque tengo la completa seguridad de que tú ganaste siempre.
Por mi parte y en mi defensa debo decir que yo lo más lejos que he llegado es a ser el segundo de la clase (una semana que la gripe hizo estragos). Puedo presumir de no haber terminado ninguna de las carreras que intenté, de no haber tenido nunca que buscar un trabajo, de no necesitar que el resto del mundo me dedique toda su atención. Nunca he marcado un gol, jamás me follé a la chica de moda, no he leído discursos y ni siquiera intenté ser delegado. Me acuso además de no distinguir un buen vino, de no discutir a Luis Aragonés (porque me aburre el fútbol ¡qué pasa!), de no haber leído a Juan Ramón Jiménez, de que mi plato favorito sean las papas con huevos, y además me canta el aliento recién levantado y a veces toso para poder peerme a gusto en público, descompasando a veces ambos sonidos. Ah!, y no creo que utilizar un lenguaje soez como éste sea literatura, porque yo nunca he pretendido parecer un escritor, yo escribo como hablo (mal, por cierto) y me gustan las historias, contarlas y que me las cuenten. Y si me pongo a leer es para disfrutar de una buena historia, y, lo siento, no para correrme de gusto sabiéndome integrado en el elitista club de la sublimación del lenguaje, en la minoritaria agrupación de admiradores de Beowulf o en el club del gourmet. Agrupaciones todas a las que me enorgullezco de no pertenecer.
Vamos, que si Pedantín pretende ganar la competición imaginaria que se ha montado, ya lo ha conseguido, pues pertenezco a ese envidiado grupo de personas a las que no interesa la competición, que se gustan con su clasificación, que se descojonan de los que o ganan o sufren; y además digo esto con una sonrisa franca, y no con el orgullo de la derrota que gustan de buscar los vencedores.
Ahora, gilipollas no soy. La historia era muy sencilla: en mis conversaciones con Pedantín siempre defiendo mi interés por lo que me cuentan los libros, mientras él se preocupa más por cómo lo cuentan. Para él alguien sin la suficiente formación filológica, sin un vocabulario extenso y una expresividad sentimentaloide y pseudoculta, no merece ser publicado. Para mí habría que publicar a todos esos abuelos que, garrota en mano, en cualquier pueblecito perdido, son capaces de dejarte con la boca abierta utilizando unos pocos cientos de palabras. Como siempre andamos en esas, surge la idea de escribir al respecto, y empiezo a hacerlo a partir de un texto que me parece interesante, pero leyendo y leyendo, llego a la historia de que Kafka (al que admiro por sus historias) se basó para escribir en Dostoievski (del que me cansan sus florituras). Me parece una historia curiosa y propongo contárosla. De ahí a que yo pretenda convertirme en crítico literario hay un abismo. Porque, además, yo si conozco mis limitaciones. Se me ocurre un ejemplo:
dos vecinos modernos, de los que no se conocen aun llevando diez años viviendo puerta con puerta, coinciden en el ascensor. Permitidme llamarlos de la siguiente forma: la persona no sobresaliente (LPNS) y el cateto instruido (ECI). Esta sería la conversación:
ECI (tos nerviosa)
LPNS: el invierno se nos ha echado encima ¿eh?
ECI: vaya.
LPNS: falta hacía, que está el campo seco.
ECI: si.
LPNS: te bajas en el tercero ¿no?
ECI: claro.
LPNS: yo voy al cuarto, que tengo que hablar con el presidente.
ECI: ¿quién salió? Es que no fui a la junta.
LPNS: Cristóbal.
ECI: ah! Como Cristóbal Colón, el gran navegante. Todo el mundo cree que descubrió América, pero es que no han leído la teoría de los vikingos, es de lo más convincente. De todas formas fue un gran marino, qué más da que llegara el primero o el segundo. En lo que no se ponen de acuerdo es en el origen. Yo tengo claro que era genovés, si nos atenemos…
…bla, bla, bla,…
¡Pues a ver qué culpa tengo yo de que el vecino se llame Cristóbal! Si te apetece darme la brasa con lo que has leído de Colón en el reportaje de la Geo o del Nacional Geografic (edición Historia), pues me la das y punto, y yo la aguanto o te mando al carajo, pero no busques excusas.
Así que te invito a seguir en esa línea. Si pretendes demostrar públicamente que tus matrículas de honor eran merecidas, hazlo. Pero por mi no te molestes, yo estoy seguro de que lo eran. Además ‘con la iglesia hemos topao’ está para eso, para que cada uno escriba lo que le salga de los huevos sin censura. Los demás son libres de decidir si quieren o no leerlo. Yo me ahorraré el suplicio de hacerlo en siguientes partes, porque tu teoría me aburre soberanamente. Eso sí, no me utilices de excusa para lucirte.
Por cierto, deberías actualizar un poco tus fuentes. Tus manuales de filología están anticuados. Es imposible hablar contigo de alguien que no lleve décadas muerto. Yo hubiera agradecido algún verso de Ángel González o García Montero. Y llamar localista o folclórico (como haces otras veces) a Lorca me parece bien siempre que no defiendas a la vez la universalidad de Sir Gawain.
En cuanto a la errata ya está corregida, gracias. Pero es que yo escribo de corrido, y yerro, como en la vida. Pedantín al menos no yerra en la escritura. Eso sí, esto lo he escrito sin pestañear, sin documentarme y sin tener que guardarlo en borrador para que repose y mejorarlo. Y me gusta hacerlo así, porque es así como soy. Otros quizá necesiten varios días para escribir, pongamos por caso, una crítica a las paráfrasis del Volti, y mantienen el texto durmiendo como un vulgar borrador, a la espera de que las musas o los catedráticos mejoren un texto que vuelva a alumbrarnos con su brillantez.
"ole mi polla"
-el Volti
rey de la casa para su señora.