lunes, 17 de diciembre de 2007

PRIMER TORNEO INTERNACIONAL DE PADEL TATA NAVIDAD

Tatálinger Z miró por la ventana y sonrió, el día venía soleado. Todo hacía presagiar una jornada ideal para poner en marcha el torneo, Su Torneo. Bueno, todo excepto aquel leve dolorcillo en las cervicales: Hacía tiempo que no lo sentía y ya casi lo había olvidado; la última vez todo terminó en desastre, fue el día de la mayoría absoluta del PP.
Pero rápidamente se tranquilizó. Nada podría estropear este magnífico día. Estaba segura de que la afición recibiría con ilusión el Primer Torneo Internacional de Pádel TATA NAVIDAD. Para la presentación del campeonato estaba todo listo: La cena de gala (al menos en cuanto a precio, o sólo en eso, más bien) contaría con la presencia de los mejores jugadores del circuito. Para evitar aglomeraciones que ensombrecieran los actos protocolarios se había decidido vender la exclusiva del evento al afamado periodista Porrito. El notario también había sido invitado a la cena: le daría al sorteo la seriedad e independencia suficientes para evitar los malintencionados ataques de la prensa rosa que desde el principio intentaba boicotear Su Torneo.
La cena transcurrió por los cauces habituales: El afamado jugador manchego-ruso, Finkatron, llegó (como no podía ser de otra manera) una hora tarde, ganándose los aplausos de la concurrencia. Pedantín, como tampoco podía ser de otra manera, encandiló al público con un brindis que calentaba ya los ánimos para el inminente sorteo. Mientras Volti seguía defendiendo que las juergas de mediodía dan más sueño que otra cosa, y Tatálinger disfrutaba de Su Cena, aunque no podía olvidar ese permanente alfiler clavado ahí atrás: no era demasiado doloroso, los había vivido peores pero …


A lo largo de la velada las declaraciones de los asistentes dejaron patente los nervios de los jugadores. Todos sabían que los emparejamientos serían cruciales para tener posibilidades reales de éxito. Pero sin embargo pudimos constatar que las relaciones entre los Top 16 distan mundo teletubbie de “abrazos siempre” del que hasta hoy se nos había hablado en la versión “oficial”; Lejos de consideraciones deportivas, desinhibidos por el bien (pero que bien) pagado alcohol barato, las estrellas del pádel fueron dejando caer sus perlitas que hábilmente recogió vuestro guapo reportero:

PILOTARI DRIVE sólo tenía una cosa clara; que de ninguna manera quería como pareja a SCHAKESMINATOR (ese extraño jugador fusión entre Shakespeare y Terminator), y no precisamente por su falta de nivel, no, sino más bien por su excesiva competitividad: “…¡ay! al que le toque ese tío lo que va a tener que aguantar… si hasta en los amistosos…” Incluso la famosísima Top-Model pareja del irascible jugador revelaba secretos de alcoba y reconocía que el día que su Shakspy perdía algún Set, la ensalada de la cena iba servida con doble ración de vinagre.
Por su parte, NANCY KILLS echaba más leña al fuego de su relación con BLACK REVÉS: “…desde luego, al que le toque contigo tiene bien claro que no va a ganar…”. La despreciativa respuesta de Blacky llegaba a los oídos de La Nancy como música celestial (al fin y al cabo, él ya había conseguido retirarlo del fútbol con su implacable e hiriente crítica): A todos los demás los respetaba, pero a él no, son demasiados años de lucha y demasiadas ofensas enquistadas.
TATALINGER Z disfrutaba todos estos prolegómenos con tranquilidad: mientras se estaban preparando los bombos ella se sentía relajada, todo estaba saliendo a la perfección, Su Torneo iba a ser un éxito y nada tenía que temer a aquellos bombos… ¡ay! Un nuevo aguijonazo algo más intenso, profundo y largo que los anteriores le recordó que sí, que ella también tenía su garbanzo negro; Su querido marido había inscrito al suegro en Su Torneo… Ella se resistió… Pero finalmente aceptó reconfortada con la idea de aniquilarlo en la pista… Al fin y al cabo era casi imposible que le tocara jugar con él como pareja, había otros catorce jugadores… El escalofrío fue tal que por un momento se le alisó el pelo. Y es que estas son cosas que no escapan nunca al avezado ojo de vuestro intrépido reportero (perdón por la inmodestia)

Todo estaba preparado. El señor Notario mostraba a los asistentes los bombos. Algunos incrédulos y esos comemierdas de la prensa rosa comprobaban que todas las bolas fueran iguales. No había trampa posible. El cuadro de participantes era impresionante: las 16 mejores palas del circuito murmuraban sus últimos conjuros invocando los favores de la diosa fortuna (1):

  1. CANYON NICK la figura del momento
  2. NANCY KILLS por sus pintas la conocerás
  3. SHAKESMINATOR un Swartzeneger a lo bardo
  4. MY FIRST PERFUME mi primera colonia… ¡ma que bello!
  5. BLAK REVÉS la contundencia de color
  6. ASIERING SMASH el cañonero
  7. PILOTARI DRIVE cambió la pelota vasca por el pádel, que duele menos
  8. FRANK SIN’OTRA uno de los tapados del circuito
  9. KALIMEROS PUNCH no esta claro el origen del sobrenombre
  10. RURAL KILLS el papá de la Nancy
  11. HATARI SHOT todo carácter en la pista
  12. FINKATRON el próximo torneo será en su finca
  13. THUNDER TETE si se cuidase, llegaría a nº1
  14. TATALINGER Z las piernas más rápidas del campeonato
  15. CHUSING BUD si en lugar de pala fuera un joystick…
  16. TIGER CHARLY ¡ojo recogepelotas! ¡no agacharse cerca!

Primeras dos bolas… MY FIRST PERFUME – TIGER CHARLY, calidad y ganas en la misma pareja. Todos contentos: ‘Il Bello’, claro favorito, tenía un compañero asequible, lo que abría las posibilidades para los demás aspirantes.

Segunda pareja, primera bomba de la noche, SHAKESMINATOR – PILOTARI DRIVE. Mientras Shakspy se alegraba de evitar los compañeros más débiles, Pilotari se santiguaba cinco veces seguidas pidiendo paciencia pal torneo.

Tercera pareja: esta hizo saltar las lágrimas de la emoción al espectante público, NANCY KILLS – BLACK REVÉS. Ambos, en cierto modo, se alegraron porque sabían que era lo que más podía joderle al otro. En seguida empezaron las apuestas; se llegó a cerrar en 15 a 1 que no pasaban del primer set en mandarse a tomar por culo.


La cuarta pareja no llamó demasiado la atención, FRANK SIN’OTRA – FINKATRON. Ojo con ellos que pueden ser una de las sorpresas.
La quinta fue una clara apuesta por el refuerzo (o destrucción) de lazos familiares; ASIERING SMASH – KALIMERO'S PUNCH.

La sexta… ¡ay la sexta!... TATALINGER Z – HATARI SHOT… ¡Tongo! ¡Impugnación! Gritaba fuera de sí la jugadora bailaora. La puta prensa rosa no dudó en aprovechar el momento y comenzó a sacar instantáneas de la desencajada organizadora. Le acercaron el micrófono y por allí salió de todo: “esto es un Tongo” “había bolas calientes” “Notario cabrón, irás al paredón”… Thunder intervino y trató de calmarla “pero nena que tú eres la organizadora, que es el Torneo Tata Navidad…” Aquello le hizo pensar, la calmó, y en un acto de semi-lucidez manifestó: “pues suspendo el torneo!!!”

El resto del sorteo quedó en un segundo plano, las parejas KANYON NICK – RURAL KILLS y la de THUNDER TETE – CHUSING BUD, prometen ser competitivas y luchar por el título. Pero ya nadie prestaba atención. De los corrillos salían carcajadas, juramentos y chistes por doquier


Poco después Tatalinger abandonó precipitadamente Su Fiesta. Lo que tenía clavado en la base del cuello era ya un puñal y el frío dolor le recorría la espalda entera.




Aún quedo tiempo para ver, allá en un rinconcito como amorosa pareja, a la Nancy comiéndole la cabeza a Black Revés ¿reconciliación? ¡15 a 1 a que no pasan del primer set!















(1) Debido al patético estado de los inspiradores de los “sobrenombres” (no fueron capaces de superar ni uno sólo de los controles anti-doping impuestos por la organización) Se han recibido numerosas alegaciones que hemos debido atender para no incumplir con los principios básicos de independencia, neutralidad y respeto.

miércoles, 12 de diciembre de 2007

De cómo pegar a los niños (por su bien)

Como quiera que nuestra sociedad resiste a la demagogia política, permitiendo el castigo físico de los niños a manos de sus padres, se me antoja deficiente que la autoridad no haya regulado tan delicado derecho sin establecer siquiera la cabal obligación que comporta el seguir un método al ejecutar el mismo, pues no es de recibo que suceda que haya niños que reciban buenos cachetes mientras otros, desdichados, deban conformarse con una torta mal dada.
Como bien saben los etólogos, pegar a los propios hijos en el cálido hogar es una de nuestras señas de identidad en cuanto especie respecto al resto de primates que a diferencia prefieren cebarse en prole ajena, toda vez que el homo sapiens evolucionó y comprendió que pegar al hijo del vecino podría enfrentarle al vecino mismo, y con ello poner en riesgo la convivencia y la paz social. Así, se optó por no pegar a nadie, salvo a los propios hijos, demarcación cívica que sirve para distinguir el maltrato del castigo. Los antropólogos subrayan que esta costumbre se debe más a una pauta de conducta aprendida que a un instinto natural, como prueban la infinidad de culturas primitivas que aún se localizan por Micronesia y Amazonia, donde los niños viven, se educan y desarrollan sin el menor atisbo de violencia... pero luego así salen ellos, y sus sociedades a las que bien hacemos en llamar «salvajes y atrasadas». En consecuencia, hace tiempo que desde los distintos ámbitos se clama por una urgente intervención de la UNESCO para proteger este legado de la civilización y para que se vele por la buena transmisión a las futuras generaciones de tan ancestral tradición que nos ha forjado como humanos, cual es, la de pegar a los niños durante su infancia.
Pero por razones que escapan a mi entendimiento, en apenas cuatro lustros, los acomplejados adultos hemos perdido toda capacidad -¡quién sabe si las ganas!- de reprender los malos comportamientos juveniles con ánimo de enderezarlos. Así, ha desaparecido todo castigo físico: del capataz hacia el aprendiz, del oficial hacia el recluta, del maestro hacia el alumno... y, en consecuencia, hoy es el día en que asistimos perplejos a enlaces donde entre ambos cónyuges no han recibido una sola «pastilla de Espabilina», corriéndose con ello el antedicho riesgo de ver interrumpida la tarea comunicativa que trasmite la herencia cultural de la especie, pues difícilmente estarán en disposición de legar a sus hijos la vital experiencia del castigo físico quienes previamente se han visto privados de ella por negligencia de sus progenitores. ¿Qué será de esos niños? Los pobres crecerán entre carantoñas, mimos y caricias sin que nadie se atreva nunca a propinarles un azote.
Y es que no son pocos los psicólogos y pedagogos que en privado reconocen el castigo físico entre las necesidades a cubrir por los padres en la infancia, dados los beneficios psicosomáticos, cívico-morales y espirituales que de su correcta aplicación se siguen para el educando: Aunque no lo parezca, el niño reclama de continuo una especial atención a este respecto, de ahí que no pare e insista hasta que se le castigue y reprenda. El niño pide a gritos que se le pegue, pues de las collejas recibidas, a falta de un buen entendimiento lógico-lingüístico, es de donde colige su escala de valores y aprende a conducirse en la vida, que no otra cosa es educar. La abundante casuística demuestra que los niños malcriados entre continuos mimos y caricias son los primeros en apasionarse por los juegos de guerra y en adquirir patrones violentos fuera de casa, buscando en la calle lo que les falta en el hogar entregándose con desenfreno al atractivo gamberrismo urbano, al jerárquico pandillaje o a la moda del activismo antisistema, pues como dice el refrán, «en casa de cristal, se arrojan piedras...»; por consiguiente, los paternales cachetes dados con cariño, amor y psicopedagogía previenen estas tendencias. La correcta aplicación de las distintas técnicas ayudan al niño a comprender su propio cuerpo, los azotes en el culo, las tortas en la cara, pellizcos en el brazo... Técnicas que ponen a prueba, potencian y estimulan su sistema cardiovascular, el sistema nervioso central y su circulación sanguínea. Por si fuera poco, pegar al propio hijo afianza como ningún otro acto la filiación y el parentesco, pues si bien cualquiera puede curarlo, alimentarlo e instruirlo, nadie salvo los padres pueden pegarle, y eso el niño lo agradece en su fuero interno, aunque sus lágrimas y berridos aparenten lo contrario. Cuando el niño recibe un buen tortazo, íntimamente traduce el gesto en «¡Este es mi papá!». Otra cosa es si quien le pega es el fontanero, el cura o el profesor. Entonces, ¡el niño se puede traumatizar!
Así las cosas, urge que el Ministerio del Interior o Instituciones Penitenciarias conformen un protocolo que explique a los padres inexpertos cómo deben pegar a los niños por su bien. A mi juicio, este manual habría de versar sobre el dónde, cuándo y cómo se han de aplicar los distintos castigos físicos, dando cuenta con todo lujo de detalles de las distintas técnicas según sea la fuerza, el impulso, posición, localización y cuantos datos incidan para que se pueda distinguir no ya entre un azote y un puñetazo o patada, sino también la enriquecedora diversidad que tercia entre el sopapo, la torta, el cachete y la bofetada. Si me lo permiten, les resumo en una gráfica, donde x es la edad e y el número de golpes e intensidad, el posible contenido de esta guía práctica para pegar a los niños por su bien:
En una primera fase, que va desde recién nacido hasta los 3 añitos, se observa que en los 12 primeros meses del bebé el castigo físico brilla por su ausencia, dada su ineficacia en un cuerpo que no está capacitado para comprenderlo; con todo, una acción verbal contundente acompañada de un zarandeo podría ser un buen comienzo. Una vez cumplido este período de gracia, pueden empezársele a dar sus primeros azotitos, que entre el pañal y la impresión de la palmadita que le dieron al nacer apenas sirven para asustar, pero por algo se ha de empezar. De los 18 meses a los tres años es un buen periodo para incrementar la intensidad y frecuencia de los azotes, e introducir los típicos y saludables pellizcos.
La segunda fase se inicia con los tres años y se prolonga hasta los 6, etapa ideal para tirarles de las patillas, cogerles por la oreja y, por qué no, darles a conocer el guantazo, la colleja y el soplamocos. Este trienio debe ser aprovechado por los padres para castigar a menudo a sus hijos, pues aunque el cuerpo de los mismos ya está configurado para recibir golpes de intensidad, por suerte su cerebro, todavía en formación, carece de las sinapsis suficientes como para grabar las escenas en la memoria y evitarle, como a los animales, el sufrimiento; al igual que a ellos los golpes sólo les provoca dolor, el suficiente para corregirlos y disciplinarlos, ayudarles a adquirir buenos hábitos y a rehuir las malas costumbres. En buena lógica, la abundancia del castigo físico entre los 3 y los 6 años redundará en su reducción en fases posteriores, cosa que el niño agradecerá.
Si todo ha ido bien, en una tercera fase, entre los 6 y los 11 años, la intensidad y frecuencia del castigo físico habría de estabilizarse. Para compensar este estancamiento en la ascensión de los correctivos, es bueno aumentar la variedad de los mismos. Es entonces cuando deben aparecer las buenas tortas, los estupendos cachetes, las soberbias bofetadas, e introducir su combinación, como sucede al cruzar la cara, donde se empieza con una torta y se termina con un sopapo. Esta pluralidad de elementos, hace que el castigo físico no sea tedioso y aburrido para el niño, impidiendo con ello que decaiga su atención. La lección, si es divertida, mejor será aprendida.
Por último, tenemos la cuarta fase que va de los 11 años en adelante. En este periodo, el castigo físico hacia el propio hijo cae en declive y en franca decadencia en relación inversamente proporcional al crecimiento de la masa muscular del educando, que le capacita para emitir respuestas coherentes en el contexto dado. Es hacia los 14 años cuando los psicólogos y pedagogos recuerdan a los padres el famoso complejo de Edipo y aconsejan que a los jóvenes se les eduque en el diálogo, el amor al prójimo, el pacifismo, el antimilitarismo y la no violencia.
Esta gráfica, a mi entender describe el sombrero o bombín con el que la respetable sociedad cubre el castigo físico de respeto durante la infancia, pero claro que donde yo percibo un bombín, el Principito de Saint-Exupéry seguro que ve una boa que se ha tragado a un elefante. Pero eso ocurre porque de pequeño nadie le dio dos tortazos bien dados.

NICOLA LOCOCO FILÓSOFO

martes, 4 de diciembre de 2007

SUMARIO 18/98

Hace ya tres días que se detuvo a 46 personas en base a una supuesta sentencia que todavía no conocen. Se trata del electoralista final del famoso juicio 18/98; ese que empezó de manos del inefable Garzón, ese juicio con el que se confirma definitivamente que ser vasco y pensar diferente es casi lo mismo que ser de ETA.

A continuación os dejo un Link de un artículo que describe básicamente lo que yo quiero decir al respecto. No se trata de contaros ahora los cientos y cientos de escritos y pruebas que demuestran cuán farsa era dicho juicio. Solamente es una reflexión que debería hacer temblar a todos los que se enorgullecen de la "democracia" española, y dedicada especialmente a aquellos que todavía creen en el Partido socialista obrero Español.

http://www.gara.net/paperezkoa/20071204/51622/es/La-seguridad-espanoles