viernes, 24 de abril de 2009

CATARSIS - Porrito

Ayer, tras enterarme de que Pano fuera decapitado mientras estaba trabajando en una nueva entrada con la que reavivar el Blog, tuve un arrebato justiciero e intenté que se hiciera un debate a plena luz sobre si Pano debía seguir o no. Pretendía simplemente que se dijera porqué sí o porqué no. Lo cual, por otra parte, debería ayudarnos también a decidir qué queremos hacer de este sitio.

Mi idea era que fuera un lugar de encuentro entre unos cuantos amigos, donde pudiéramos colgar aquello que queríamos compartir con ellos, para que lo leyesen, lo discutiesen, o nos crucificasen. Los temas a tratar, completamente abiertos: actualidad, política, gastronomía, deportes, cachondeos, filosofía, música, literatura…
Con esta idea yo invité al Trovador y al Pano. No con la esperanza de que tuvieran una pluma exquisita y nos ilustraran con deliciosos relatos (Más que nada, porque entonces no entiendo qué coño hago yo aquí, que ni soy escritor ni sé escribir relatos decentes. Aunque no me dé vergüenza intentarlo de vez en cuando), sino con la certeza de que sus puntos de vista y sus contribuciones enriquecerían nuestro moribundo Blog que, al parecer, sólo revive con el olor de la sangre.

A pesar de ello, finalmente he sido copartícipe, e incluso, sin quererlo, inductor de una lapidación que ninguno resistiríamos. ¿Qué autoridad tengo yo para decirle a nadie si escribe bien cuando yo no tengo ni puta idea de hacerlo? ¿Cómo puedo decir que un tema no va dentro de nuestra línea editorial si no tenemos línea editorial? Lo de ayer fue penoso, una vez más tiramos la piedra y escondimos la mano.
¿Cuál es el nivel de interés, calidad o contenidos exigidos a un escrito para publicarlo y quién los va a medir? Si definimos esto, podremos continuar. De lo contrario, no contéis conmigo.

Como bien retrataba Pedantín, crueles retos de adolescentes. Pero los retos de adolescentes ahora sólo me gustan cuando el riesgo es quedar uno como gilipollas. Yo ya prefiero no jugar a dejar a otros en ridículo para esconder mis propios fracasos.

A mí me gustaba el Blog como estaba, y me gustaría aún más con el Trovador dentro. Pero para ello tenemos que estar de acuerdo todos. Si lo que queréis es otro tipo de Blog, DECIRLO CLARO, entonces podremos pensarnos los demás si queremos participar o no.
Si no hubiera nada que decir, queda todo dicho: Au revoir!!


Ayer alguien a quien quiero mucho me dijo que a veces escribo como Groucho Marx. No sabéis lo que le agradezco la comparación. Y además me sirve para ilustrar lo que pienso: Nunca pertenecería a un Club que admitieran a gente como yo.

miércoles, 22 de abril de 2009

Cien Palabras: Oración

Yo Mecagüen Dios. Sí, y lo hago bien de mañana, antes de que el día se llene de momentos en los que volver a hacerlo aunque, por viscerales, sin la fuerza del sosiego y la reflexión. Y lo hago sin puntos suspensivos, porque cagarse en Él, como diría mi abuelo, es un acto de fe en Él mismo.

Quiero mirarle a la cara y decirle “Me cago en Ti” con la única esperanza de sacarle una sonrisa y conseguir que, en su infinita omnipotencia, Él también empiece la mañana cagando sobre sí mismo en lugar de sobre los demás.

martes, 21 de abril de 2009

Cien palabras (2) Para Volti y Porrito.

Me cago en... Dios mío! Nunca llegué a pensar que pudiera hacerlo. Ni siquiera cuando me lo plantearon en aquel absurdo desafío de adolescentes. Cómo les gustaba recrearse en sus rimbombantes peroratas y sus "aquí estoy yo", apóstata y contrarevolucionario, cosiendo banderas ajenas, como huérfanos de patrias con estúpidas causas, ansiosos de incontenibles pataletas para escapar de la alargada sombra del matriarcado del hogar...
Todo ocurrió muy rápido. Fue tras uno de esos encuentros virtuales a través del uso del código en los mensajes. Estaba muy claro. Debía de ser rápido, limpio, sin dejar rastro. Así les gustaba actuar, siempre lanzaban la piedra y escondían la mano. Nunca mostraron piedad, ni siquiera cuando encontraron evidencia de la ausencia de Pano...

P.Z.

Cien palabras

—¡Me cago en Dios! ¡Que no tengo huevos! ¡Tu me lo dices! ¡Tu! ¡Montón de mierda, que eres un montón de mierda! ¡Mira el enterao, que no ha tenío luces ni pa sacarse magisterio, que le pone su padre un sueldo y junta tres frases y ya se cree el Chéspir! ¡Será imbécil el tío, que me pone enfermo, que estaba yo publicando en Viva Jaén antes de que aprendiera el listo a hacer la o con un canuto! ¡A que te escribo diez sonetos mientras vendo cien unidades en Irán! ¡Y el idioma lo eliges tú, listo, so listo!