lunes, 23 de julio de 2007

JUSTIZIA PA LETIZIA

La Justicia de nuestro amado país vuelve a entretenernos con otro de esos deliciosos pasajes de nuestra historia en que a uno le dan ganas de cagarse en tó. Y es que de nuevo entra en escena mi querido Juez del Olmo, también conocido por clausurar el Egunkaria (periódico en euskera cerrado a pesar de que sólo se va a juzgar a 7 personas, la mayoría por delitos económicos (el periódico estaba financiado por el nacionalista gobierno vasco), y sobre las que ya ni siquiera la fiscalía ve motivo de acusación; Pero claro, siempre queda el terrible delito de escribir en euskera, que vete tú a saber qué dirán).


Sí, es juez, ¡que le vamos a hacer!, y le gusta decirnos a los demás qué debemos leer y qué no. ¡Ea! le ha dado por ahí, pero encima, ahora opina el pájaro (perdón, él no opina, él ejecuta) que esta portada es injuriar a la monarquía:



El JUEZ afirma: "esta caricatura afecta el honor y el núcleo íntimo de la dignidad de las personas que en la misma se ven representadas y que resulta innecesaria y desproporcionada para la formación de la opinión pública". Pues nosotros, sin que sirva de precedente, también apoyamos al juez por múltiples razones. Entre otras, las siguientes:


  • Sin duda él (el sr. Juez) debe de haberlos visto en el “núcleo íntimo” y sabe que esto es una reproducción fiel de su vida diaria: El uno sometiendo a la otra mientras, con cara de emoción, le “viene” una idea genial; es decir, un chistecito tonto que contar, y que sabe que siempre será reído por alguno de los innumerables chupapollas que permanentemente tiene alrededor, y que, después de carcajearse de sus chistes sin gracia repetirán una y otra vez lo majo, cordial, y sencillo que es su majestad (lo dicho: ¡chupapollas!)

  • Para la monarquía follar ya era un trabajo antes de que ZP propusiera sus ayudas ¿de qué otro modo se perpetuaría, si no, la institución?

  • Él príncipe también trabaja en muchas otras ocasiones: asistencia a la final de Roland Garros, al Madrid - Barça, atención especial a la Copa América, semanita de promoción del esquí en Baqueira, representación de la corona en innumerables conciertos, obras de teatro, etc.


Pero, ya puestos a dar caña, lo que más nos jode son los que cambian de camisa. Muchos PProgresistas de los que se rasgaban las vestiduras en nombre de la libertad de expresión del mundo occidental por el asunto de las caricaturas de mahoma (quien, ¡ojo!, no es un rey impuesto a unos cuantos españoles, es un profeta en el que creen cientos de millones de personas) ahora afirman... ¡ay Dios mío lo que afirman!, ¡lean!, ¡lean!:


1. Con esa enorme facilidad de algunos PePeros para pasar de la “inmensa mayoría” a “los hilillos”. El señor Vidal Cuadras, don Alejo, calificaba el hecho de “anécdota” y afirmaba que el juez simplemente había aplicado la ley


2. El editorialista de ABC, decía el sábado: “Don Felipe y Doña Letizia gozan del reconocimiento general, de modo que se equivocan por completo quienes pretenden romper la relación de respeto y afecto entre la Corona y los ciudadanos a través de expresiones que sólo demuestran el ínfimo nivel cultural y educativo de sus autores.”
Pues, si esperan que secuestrando revistas se va a aumentar el respeto, ‘van aviaos’


3. Otros, como Hermann Tertsch, colaborador de ABC, ya aprovechan para rizar el rizo y volver a lo de siempre: ” …nadie que haya seguido la trayectoria de este fiscal general puede creerse seriamente que tome tal iniciativa sin consultarla con su amo político. Para la ofensiva radical que los socialistas diseñan para movilizar de nuevo a quienes sacaron a votar con la agitación previa al 14-M, nada mejor que la caricatura bolchevique del zarevich lujurioso y vago en su «mansión», agravio constante para los jóvenes sin vivienda, víctimas del «brutal sistema» y «liberalismo salvaje» “

¿con esta hábil comparación querrá decir que a los de izquierdas nuestras mujeres no nos dejan darles así, por detrás? Porque de otra manera, me estoy armando un lío de churras y merinas que….


Lo dicho, ¿no será entonces que antes nos metíamos con el “moro enemigo” y ahora me estáis tocando las pelotas a mí?


Yo, me quedo con lo que dejó Toni Soler en La Vanguardia: «Alguien se preguntará si la viñeta del fornicio de los Príncipes es de buen gusto o no, pero ese no es el tema, del mismo modo que el debate sobre los toros no tiene que ver con la estética. En los tiempos que corren, dicha caricatura puede resultar chabacana, pero no escandalosa. Pero lo relevante no es eso, sino que es divertida, porque sitúa al Real Miembro (sic) en el epicentro de un tema de alcance ciudadano: las ayudas gubernamentales a la natalidad. Claro, salen los príncipes en pelota picada, ¡haciéndolo!... pero ¿en qué consiste, si no, la monarquía? ¿Dónde, sino en la cama, discurre su auténtico significado? La monarquía es una cadena genética de privilegios, así que es muy difícil parodiarla sin hacer referencia a la -digámoslo, pudorosamente- cuestión reproductoria. Pero hoy el tema no es el humor, sino algunos conceptos más amplios, porque el dibujo de marras ha motivado que El Jueves sea honrado con un secuestro -sí, amigos de El Jueves: lo que os ha ocurrido es un honor que os equipara a mitos como El Be Negre, La Cordoniz o Por favor. Lo cual es una cacicada que, además de inútil, encierra a la monarquía en la vitrina de las cosas intocables: como cualquier otra reliquia»

2 comentarios:

Volti dijo...

Sirva como complemento esta magnífica reflexión de Alber Vázquez (leído en LdN):
[...yo soy un señor que, como todo hijo de madre, se levanta todos los días y se pone a currar. Después, otros señores, asaz siniestros, vienen y me quitan parte de mi dinero para dárselo al tal Felipe. Felipe, que es muy suyo, se gasta los cuartos que a mí me han quitado en relojes rólex (que le sientan de miedo, las cosas como son), en trajes caros y en vivir como un maharajá. Es decir, sin pegar un palo al agua. Pero ni un palo, oiga. Ni uno. Como suena. ¿Por qué? Porque el pavo es príncipe y yo no. Tócate los huevos. Sólo porque él es hijo de su padre y yo del mío, a mí me quitan el dinero para dárselo a él.

¿Y me está Felipe agradecido? ¡Qué va! Si es que encima, el muy nota, me mira con condescendencia. Vamos, como si este fuera el orden inmutable de las cosas y todo estuviera en su sitio por siempre jamás. ¡Y me tutea! Por la puta jeta, el tío tutea a todos los pringados que, como yo, le pagan la clínica privada en la que pare su señora y el hielo en el que están congeladas las células madre de su primogénita...]

[...Bien, vale. Como aquí nadie se decide a echar a esos soplagaitas a la puñetera calle (o, en su defecto, a buscarles un empleo que les permita mantenerse a sí mismos sin que tengan que chupar más del bote), ¿qué es lo único que nos queda a la gente decente y honrada? La risa. Lo único que nos queda es la risa. Si te das la vida padre a nuestra cuenta, lo menos que puedes hacer es convertirte en el bufón del reino. ¿Para qué sirve una monarquía si no te puedes reír de ella? Joder, ante el absurdo, la risa o la desesperación. Y yo elijo risa.

Pues el juez del Olmo elige desesperación. Porque resulta desesperante que a estas alturas de la historia se dediquen recursos policiales a secuestrar revistas satíricas. ¿Que es de muy mal gusto lo que hacen? Pues sí, pero por eso le llamamos satíricas. De eso van los chistes. Uno dice algo muy pasado de vueltas y los demás se ríen a mandíbula batiente. Es lo que tiene el chiste: que constituye un reducto en el que todo está permitido. ¡Anda que no se habrá injuriado en mil y un chistes a los negros, a las mujeres, a los vascos, al inglés al francés y al español, a los gangosos, a los maricas, a los de Lepe…!

Por eso, la sátira es un derecho. Y la sátira referida a personajes públicos, más aún. Y la sátira referida a personajes públicos que viven a cuerpo de rey con mis impuestos y los tuyos, más todavía. Hay que reírse de Felipe y de su señora. Todo lo que se pueda. De su padre, de su madre, de su abuela y de todos y cada uno de los miembros de su familia. Para eso están. Para eso los tenemos. Para eso les hemos pagado los estudios en universidades del extranjero, las casas horteras en las que viven y hasta las semanitas en Baqueira. Si quieren, que dejen el cargo y se pongan a trabajar en un Carrefour. Cuando eso suceda, respeto máximo. Mientras tanto, que aguanten el tirón.].

Porrito dijo...

CHAPEAU!