viernes, 30 de noviembre de 2007

Cambiando Jaén

Porque en la ecléctica amalgama que huele a grasa de chaquetón "barbu", a piojosas raftas, a pesadísimos perfumes, a aceite de fritanga y a tabaco, allí, en el corazón del Jaén más burgués, cónclave de personajes y personillas, de empresarios de la noche, de niños de Maristas y putillas de Linares que afirman vivir en el Graneje, allí...
Allí Pedantín, casi sin pensarlo, nos suelta entre copas:
La felicidad no cabe sino rozarla
Y con un gesto tan simple nos convierte el Deán Bar en un nuevo Café Gijón, en un adelantamiento del Café Nicola del Chiado, en un mítico local aglutinador de grandes artistas que dejan desnudos y temblando a Celas y Pessoas.
No cabe sino quitarse el sombrero y dar las gracias.

1 comentario:

Volti dijo...

El primer párrafo también es de Pedantín, y pertenece a un texto que me envió hace unos años. La parte que sigue a la citada me hace algunos halagos a los que recurro en momentos de baja forma.
Sobran las palabras.