viernes, 2 de mayo de 2008

Mi teoría sobre las bodas (o solicitud de ingreso en la PPK)

Para quienes no me conozcan, aclararé que hace casi dos años me casé, por lo civil, con la mujer a la que amaba y sigo amando.

Fue un papeleo muy bonito: fuimos en moto, en vaqueros y camiseta, a ver al Juez, sin más testigos que los legalmente necesarios.

A la salida cogimos la moto y nos fuimos (desde Sevilla, donde vivimos) a Granada, a pasar unos días por la capital, la Alpujarra y la Costa Tropical, disfrutando del permiso que te dan en los trabajos cuando cambias de estado civil.

Creo que el hecho de no haber celebrado la boda (y por celebración entiendo convite, disfraces, el atraco de los regalos…) me da derecho a pertenecer a la PPK: Plataforma Pro Koherencia.


En cierto modo, casándome pero sin convite utilicé a mis familiares y amigos como conejillos de Indias para poner a prueba mi teoría sobre las bodas, que así goza de constatación empírica y valor científico.

He aquí mi reflexión.


Para no celebrar nuestra boda, mi mujer y yo tuvimos en cuenta varios factores: que nuestras familias no se conocían (ni falta que hacía), que odio las bodas, que me parecen una catetada y un aburrimiento…

Sin embargo, uno de los motivos que más he criticado siempre es el negocio que suponen las bodas. La gente monta esos tinglados horrorosos (convite, vestido, flores, orquesta, barra libre...) por puro interés económico. Para mí es el mercadeo del amor, puro mercantilismo. Se trata de recuperar con los regalos de la gente el dinero invertido y lo que sobre son beneficios (si encima te ayudan los padres con el convite, como suele ocurrir en las familias pudientes, entonces todo lo recaudado son beneficios limpios y así la gente se monta la cocina, el salón, el pedazo de viaje a las Bahamas, etc.). Antes era más disimulado porque regalabas un objeto que luego veías en casa de los novios, pero luego llegó El Corte Inglés y ya el regalo era el dinero equivalente, porque los novios lo podían cambiar por cualquier otra cosa. Y ahora es que la gente pide directamente dinero y he llegado a ver incluso los 20 dígitos de un número de cuenta bancaria impresos en la invitación de boda. ¡Vaya cutrerío!

Yo siempre he odiado el atraco que supone que te inviten a una boda. Haces el regalo por compromiso y, para no quedar mal, si no puedes ir también haces el regalo, simplemente porque te han invitado (y ellos encantados porque encima se ahorran el cubierto).

¿Adónde quiero llegar? A que mi teoría de que es un atraco y la gente sólo regala por compromiso se ha confirmado a raíz de mi boda. Cualquiera que me conozca sabe que si no he celebrado la boda no es porque no le dé importancia al matrimonio (si no, no me habría casado) sino porque odio ese tipo de celebraciones.

La gente no regala dinero o lo que sea a los novios porque les tenga cariño, porque se alegre de su unión, porque les quiera ayudar voluntaria, libre y altruistamente. La gente regala porque tiene el compromiso de regalar. Punto.

En el caso de la familia de mi mujer, aunque no les ha hecho del todo gracia el que no celebremos la boda, han sido muy respetuosos con nuestro deseo de hacer las cosas así, y tanto sus padres como sus hermanos nos han hecho regalos generosos con la misma normalidad que en bodas anteriores de otras hermanas suyas (todas ellas celebradas a la manera clásica). Es una familia muy bien avenida y no han querido discriminar a su hermana e hija por el hecho de que ésta no se haya querido prestar a un juego con el que no está de acuerdo.

Mi hermana, en cambio, es la mayor confirmación de mi teoría. Lo que le dijo a mi padre al saber la noticia de mi boda fue: "vaya, yo que pensaba haberle hecho un regalo...". Con esa frase queda retratada. Bueno, retratada está desde hace mucho. Si ella se alegra como hermana de que yo me case, lo celebre o no, podía hacer el regalo igualmente. Si no lo hace es porque no le da la gana, porque la no celebración le da la excusa perfecta para no gastarse un dinero que en el caso contrario se habría visto en el compromiso ineludible de regalar.

Y de mis amigos puedo decir exactamente lo mismo. Todos se hacen regalos de boda y me consta que algunos son muy generosos y van mucho más allá de lo que marca el mínimo legal. Ellos estaban avisados con tiempo de cómo y cuándo íbamos a hacerlo. Simplemente les oculté el sitio y hora exactos para ahorrarme sorpresas desagradables de última hora. Alguno ha preguntado: "¿se te puede hacer regalo?" y, lógicamente, mi respuesta ha sido que no. Pero, en realidad, ¿a quién le hace daño un regalo? Me recuerda a una tía que me reprochaba preguntas como "¿te puedo comer el c...?"; su respuesta era: “eso no se pregunta, eso se hace”. El que ha preguntado si yo aceptaba regalo es que lo preguntaba por compromiso, para quedar bien. Eximido de esa obligación por mi respuesta, se queda muy tranquilito y dinero que se ahorra. El que me conozca debe saber que si alguien me hace un regalo de forma espontánea, sin pedir permiso ni preguntar, yo no puedo ofenderme.

Pero, ojo, no es que me sienta decepcionado por las personas que no me han regalado nada. Pienso que algunos de ellos no lo han hecho porque creen que mi deseo es no aprovecharme, como todo el mundo, de la coyuntura de casarme. Y creen bien. Por supuesto, los que me repatean son los que han preguntado lo del regalo y mi hermana, por el comentario que hizo. En cuanto a los que no han dicho ni mu, no tengo nada en contra de ellos.

Simplemente quería compartir mi teoría, que se ha visto confirmada por los hechos, de que la gente (salvo vínculos muy estrechos que sólo se tienen con dos o tres personas en la vida) no opera movida por una generosidad espontánea innata, sino por puro compromiso. Y esto hace que me alegre mucho más de no haber celebrado mi boda porque veo con claridad que si lo hubiera hecho mi casa estaría llena de objetos (o mi cuenta corriente de ingresos) manchados por la hipocresía de gente que no es que hubieran tenido un detalle bonito conmigo sino que se habrían visto, contra su voluntad, en la obligación moral de quedar bien porque no les quedaba, debido a los usos sociales, otra alternativa.

Así que si queréis regalar algo a alguien porque os sale de los cojones, hacedlo ya, sin fecha señalada ni excusa alguna. A la sorpresa del destinatario se unirá vuestra íntima satisfacción.

A mí cualquier día me denuncian por matrimonio de conveniencia: cuando inscribí a mi hija en el Registro Civil no sabía ni nuestra fecha de matrimonio ni la fecha de nacimiento de mi mujer.

¡Bastantes ataduras tiene esta vida como para tener compromisos con la gente a la que queremos!, digo yo.

12 comentarios:

Anónimo dijo...

Que pasa en ésta mierda de blog, nadie piensa hace un comentario?.

Volti dijo...

Como miembro de la PIPA (o Partido de Incoherentes Puteados Anteriormente) no puedo admitir a nadie en la PPK, creo que el único legitimado es Pedantín y no debería admitirte pues boda es boda (por mucho que uno intente maquillarlo). En cuanto a mi caso: me casé por lo civil, fuimos en nuestro coche al juzgado, no hubo fotos ni lecturas chorras sobre el amor y la amistad. Código Civil y punto. Ahora bien, vestidos de novios, megaconvite posterior y viaje a Egipto. Y yo qué quieres que te diga, me lo pasé de puta madre y creo que es cojonudo juntar un día en un fiestón a la gente que te quiere (compromisos la verdad es que casi nulos). En cuanto a lo de la pasta se considera que recuperas el fondo de inversión de todas las bodas pasadas y futuras a las que asitimos/remos. Visto así no es bonito, pero tampoco se pone una pistola en el pecho a nadie, de hecho recuerdo que hubo gente que no regaló nada, pero no que me molestara ni quiénes fueron, con lo que no creo que sea tan importante. Esto de la coherencia en el matrimonio es muy relativo, yo pienso que fui más coherente que los ateos del bodorrio por la iglesia con bendición papal, y tú estás legitimado a pensar que lo fuiste más que yo, aunque a quién coño le importa la coherencia, el matrimonio es un contrato y lo del amor es un complemento fácilmente prescindible.

Pedantín dijo...

Bueno, ya estoy aquí... Es que ando un pelín ocupado vendiendo chatarra en el Chianti...

Como Fundador, Líder, Komisario Polítiko y, por cierto, único y último miembro de la PPK, he tenido a bien realizar las siguientes reflexiones...

Todo eso que dices Pano, es, en principio, muy cierto. El caso es que aparte de los antiguos hermanos de la PPK (que malditos en el fuego del Infierno ardan, por su flagrante traición) hay mucha gente que piensa como tú... De hecho, lo de la boda=negocio=compromiso etc. es un tema bastante manido... El problema fundamental es que somos muy pocos los que predicamos con el ejemplo, no sólo no celebrando una falsa en nuestras propias vidas como el matrimonio, sino que también no participando en los de los demás, ya que esto sería pecar igualmente de palabra, obra y omisión.
Yo aplaudo tu "no celebración" de boda. Pero si quieres ser de la PPK hay que ir más allá.
La pregunta es ¿por qué te casaste Pano?
¿Para poner a prueba "TU" teoría sobre las bodas...?
Hmmmm...
¿Por los días de vacaciones (el viaje etc.), como afirmaban, entre otras cosas, los embusteros de la PIPA?
¿Por "razones fiscales" (JA JA JA) como clamaba el Traidor entre traidores, mientras sobornaba a un inmigrante que le sirviera de testigo en el Ayuntamiento porque había olvidado traer uno?
¿Por que la quieres, ehmmmm?
¿Que pasa, que no la puedes querer sin ir en moto y en vaqueros al juzgado y firmar un contrato-compromiso?
¿o quizás así alguno de los dos se siente más seguro del amor del otro?
¿es una demostración....de amor? (???)
¿te ayuda ese compromiso a quererla más, a estar más enamorado?
Hhmmmm....
"Bastantes ataduras tiene la vida ya como para tener compromisos con la gente que queremos" (PANO 2-5-08)

Pano, aún hay tiempo. Arrepiéntete y abraza nuestra sagrada fe.
La PPK está dispuesta a perdonarte y acogerte como Miembro.
(¿Dónde lo celebramos, en Sevilla o en Jaén?)

Anónimo dijo...

Fe del errata: ..."farsa como el matrimonio" no "falsa"

Disculpen las molestias.

Pano dijo...

@pedantín

Me casé porque mi mujer me lo sugirió, después de 6 años viviendo juntos y cuando decidimos que poco después intentaríamos que se quedara embarazada.

Los argumentos que empleó fueron: "¿cómo te vas a identificar si vienes a verme al hospital cuando me pase algo?", "¿me vas a dejar sin pensión de viudedad?", "¿quieres que a tu niña la señalen con el dedo porque sus padres no están casados?", "¿qué temes casándote conmigo si según dices tienes la intención de que afrontemos juntos un proyecto común de por vida?"...

No todas esas razones tienen el mismo peso ni son tan creíbles, pero como para darle gusto a la parienta no había que pasar por ninguna celebración, farsa, mentira religiosa, disfraces, compromisos ni bodrio hortera... pues decidí pasar por ello.

Lo del hospital me parece razonable. En caso de operación, riesgo de muerte, decisiones límite, visitas, etc. lo más rápido es identificarse como el marido o la mujer. Tener que dar explicaciones de otro tipo puede ser inoportuno, complicado, poco ágil...

Lo de la pensión de viudedad también puede tener sentido. Creo que si estás inscrito en el registro de parejas de hecho el efecto es el mismo, pero ¿qué sentido tiene inscribirse en el registro de parejas de hecho y no casarse? Creo que para eso te casas. Si te opones a que el Estado intervenga en tu vida será a todos los efectos, ¿no? Me parece absurdo lo de las parejas de hecho. Para eso te casas (que fue lo que hicimos).
También es posible que te den la pensión de viudedad sin estar inscrito en ningún registro, pero seguramente haya que pasar por juicio, tarde mucho más y no las tengas todas contigo... Un follón que se puede uno ahorrar firmando el papelito que firmamos.

El tema de la niña, sinceramente, no lo veo. Creo que hoy día hay de todo en los colegios y que ningún niño se va a traumatizar por una situación de ese tipo. Esto no lo tuve mucho en cuenta, la verdad.

Y lo de demostrarle que iba en serio fue un truco suyo por darle la vuelta a la tortilla, ya que yo podía haberle dicho que no se fiaba de mí si me exigía ponerlo por escrito.

Al final, creo que a ella le dio bastante tranquilidad que no me opusiera a ese trámite. No es algo que me importara hacer y por eso ni siquiera me comí el coco para contraargumentar que era mejor no hacerlo. Y no me arrepiento porque creo que fue positivo para nuestra relación con un coste mínimo o casi nulo.
Lo que siempre tuve claro y en ese sentido no he claudicado era que no me pondría delante de un cura ni me disfrazaría ni bailaría un vals y luego un pasodoble. Eso por encima de mi cadáver.

Y otro punto interesante es el de las capitulaciones matrimoniales. Yo llevaba un par de años dándole vueltas a la posibilidad de tener una sociedad de gananciales con ella sin estar casados. Creo que es lo justo, teniendo en cuenta que lo compartimos todo y que yo gano bastante más que ella.

Mis amigos abogados tenían opiniones divididas: unos creían que era posible constituir esa sociedad sin estar casados y otros creían que no. En todo caso había que pasar por un Notario y dar un montón de explicaciones. No sé si al final hubiese sido posible.

Durante esos dos años me sentí en las antípodas de los que se casan con separación de bienes. Yo no iba a casarme pero sí iba a tener gananciales con mi mujer (y eso sí que era idea mía sin que ella hubiese dicho ni mu).

Quizá eso me dé pena: no haber conseguido tener una sociedad de gananciales sin estar casado. Hubiese sido chulo.

Bueno, ahí está mi punto de vista, pedantín.

Pedantín dijo...

En definitiva, que te casaste porque te lo mandó tu parienta y punto. No me digas más, si eso suele ser lo habitual en casos parecidos... (lo del hospital suena a coña, si pasa algo uno dice "Este es mi marido" y punto, no te van a pedir un certificado, por el amor de Dios; lo de las parejas de hecho y la pensión de viudedad...un clavo ardiendo me temo).
En fin, veo que no te arrepientes ni por lo bajinis y así no hay forma de activar la PPK. Uno no puede estar contra el matrimonio y luego parecer orgulloso de estar casado. No hay nada de "koherencia" en esto. Además, la PPK fue un movimiento basado en el No a la Boda, es decir, fundamentalmente en contra del matrimonio.
Yo me alegro de que ta vaya tan bien casado, esta es la verdad. Todo eso es fenomenal, pero entenderás que mi radicalismo PPKariano haga que me piten los oidos escuchando la historia, una vez más... "Me casé. Ella me lo pidió y a mi no me importaba".
En cuanto a la cuestión económica, hace que todo se emborrone mucho más. Lo de la sociedad de gananciales supongo que será necesario cuando uno tiene mucha pasta, patrimonio, acciones, fondos etc. A mi me va bien teniendo los 2 la misma cuenta, con la vivienda hipotecada con dos propietarios y confiando uno en el otro porque queremos estar juntos y compartir lo que tenemos... (también entendería si ella tuviera algo que no quisiera compartir, parece que a veces el amor tiene que llevarte a un comunismo exacerbado...)
Pano, por lo menos has sido sincero, no como otros...

Anónimo dijo...

En definitiva, que la culpa siempre la tenemos las mujeres, no? Eso, o que soys unos calzonazos y acabais haciendo lo que nosotras queremos.
Pero ya sé yo de alguno, que en la intimidad decía todo lo contrario a lo que os vendió a sus amigotes.
Ahí queda eso, y no me tiréis de la lengua más... que alguno sale escaldado.
Pendantín no presumas tanto, que será que la Susi tampoco quiere casarse, porque sino, la PPK dejaría de existir.

Anónimo dijo...

Volti, te toca, por alusiones...

Porrito dijo...

Os dejo unos días y ¡tos despendolaos!

Vayámonos al comienzo, que alguno ya lo ha mencionado pero para aprovecharlo con una interpretación maliciosa:
NO A LA BODA, ¡ahí empezó todo! Y si nos vamos al diccionario nos dice que una boda es el “casamiento y fiesta con que se solemniza”, es decir, si no hay fiesta no hay boda, habrá casamiento, pero nunca boda.

El problema de la boda es esa “solemnización”, esa presentación en sociedad, esa puesta de mano, ese “voy a cobrar lo que ya he puesto y tendré que poner y si puedo… un poco más”. El problema es que los que nos oponemos a las bodas opinamos que NADIE tiene derechos sobre nuestras relaciones, No tengo que pedir permiso, No tienen que ser testigos de ningún compromiso ¿testigos ante quién?, No tienen que pagar por nada, No tengo que recuperar nada.

El contrato civil llamado matrimonio es sólo eso, un contrato, una herramienta legal mucho más útil que hacer un plan de pensiones, una sociedad de gananciales, un testamento, etc.

En definitiva, Pano, que estoy contigo, que tienes toda la razón. Yo no he recibido ni un solo regalo, ni de parientes cercanos. Tu teoría es absolutamente válida y no pierde ninguna fuerza porque hayas firmado ese contrato.

Por cierto: os recuerdo a todos que la PPK nunca ha existido, por lo tanto sería absurdo negarle la entrada a alguien a una asociación que no existe. Sus miembros son igualmente invisibles (¡perdón! que Sí hay uno visible, y encima se autodenomina “Fundador, Líder, Komisario Polítiko y, por cierto, único y último miembro de la PPK” aunque no haya escrito una sola línea en ninguno de los panfletos ilegalmente publicados por la Plataforma)

Cada uno de vosotros tenéis un miembro de la PPK en vuestro interior ¡Dejadlo aflorar!


VIVA LA REVOLUCIÓN

Pedantín dijo...

Ay Porrito, tu justificación apoyando a tu colega me parece enternecedora. Pero déjate de herramientas legales que tú mismo me has reconocido que lo de casarse no vale pa ná, y que la única razón es que tu parienta te ordene hacerlo, al igual que te puede ordenar regar las macetas o sacudir bien el mantel.
Por favor, Porrito, dejémomos de monsergas. Cuando te llamé para insultarte por tu recién ejecutado "casamiento", estabas CELEBRANDO con tu familia (de hecho tú no me cogiste el teléfono, pero Vinagrín sí que lo hizo, haciéndome partícipe, incluso con documentos sonoros, de la algarabía y la jarana).
Pero claro, tú ni un regalo, y con eso ya tenemos bendita absolución.
Puaj!
Efectivamente Porrito, yo no escribí en aquellos panfletos de tinta invisible. Ahora me alegro de no haber participado en esas farsas, puesto que todos sus autores se vieron casados tan inmediata como irremediablemente.
O es que tanto THC te ha distorsionado los recuerdos...?

Porrito dijo...

¿recuerdos distorsionados?
¿ordenes de mi mujer?
Me temo que manipulas la información, tienes todo el derecho a ello y me gusta, para justificar tu futura traición.
Por cierto, que a tu boda sí que pienso ir. Me trincaré una papa de mil demonios, como tú te mereces.

Pedantín dijo...

Gracias Porrito, aunque si quieres te invito ya y nos emborrachamos (al fin y a la postre es lo que siempre vamos buscando ) no sea que no se produzca esa futura traición...