miércoles, 7 de marzo de 2007

CRONICA DE UNA NOCHE ANUNCIADA

La noche empezaba bien. Aquello tenía buena pinta. Las niñas estaban dormidas para las nueve y cuarto. Los invitados llegarían en breve. La casa estaba llena de flores y la música nos acompañaba mientras dábamos los últimos toques al menú.
Después del picoteo saldrían, después de dos horas de horno, unas berenjenas asadas en su jugo con tomates naturales. Las anchoas les darían el mar, y el orégano, las alcaparras y el parmiggiano, el monte.
Para terminar teníamos unas brochetas de pollo suavemente aliñado en Jaén, un aliño ligero que quedaba elegante y sencillo al añadirle la salsa de soja y el perfume delicado de unas Shitake.
Llegaron los primeros invitados. El Volti había publicado: “Somos probabilidad”. Cuando lo leí pensé, “bueno, otra promesa inconclusa.... pero, solo por el comienzo, promete.... dará juego....” Y me salí al patio a respirar aire impuro que me diera un poco de Inspiración. Otros invitados se unieron a la Inspiración sin saber, en realidad, lo que se avecinaba.
Eché un ojo a las berenjenas. El aroma que salía del horno era delicioso. Casi se podía oler ese suave picor de labios de las berenjenas con su toque de mar y monte. El jugo del asado se estaba ya espesando y pronto habría que sacarlo. Me acordé que faltaban unos invitados y les llamé.
¡Dios!¡Sí! Le llamé.
A ella se le había olvidado decírselo. ¡Qué fallo! ¡Cuánto he lamentado haber hecho aquella llamada! Sobre todo por mi querida Baracaldesa: lo que tuvo que sufrir en manos del minotauro. (Menos mal que ella pa estas cosas es muy habilidosa, ¡no como otros!)
El nene venía como un miura. Se ve que el olvido de su señora lo había encorajinado y venía dispuesto a dar una lección de TÓ EN GENERAL y a TÓS EN GENERAL (y el Volti tan feliz; o mejor ¡tan infeliz! Con su publicación allí, ¡ale! ¡a puerta gallola!)
Que si vengo hecho un dandy.
Que si en el sur de Italia no hay más que mafia. Que lo he visto yo.
Que si no habéis probado un limoncello en vuestra p. vida. Que si no tienes aquellos limones no eres ná.
Que si yo estuve ordeñando las búfalas pa que luego me hicieran LA PIZZA.
En definitiva, Pedantín. Y Pendantín crecido. Además crecido como nunca. Y a la espera de un gilipollas que se le pusiera a puerta gallola para trincarlo entre asta y asta y, sin atravesarlo, llevarlo en aquella incómoda y ridícula posición hasta la otra parte de la plaza y allí reventarlo contra el burladero del uno, donde, antes de la explosión, ya estarían asomando los pañuelos pidiendo a la presidencia que cambiaran de torero.

En medio de aquello, un niño de dos años. Habilidoso como él solo, ángelico. Utilizó toda su dialéctica para encandilar a su padre (que para estas alturas, después de tanta y tan buena Inspiración, tampoco tenía muchos más de dos) Y juntos se dirigieron en audaz misión hacia la habitación de la prima de tres que plácidamente dormía ya que nada sabía de aquella fiesta.
El resultado no pudo ser otro. Un pitio monumental que, a poco más, termina con todos los invitados en la puta calle.

Pero si bien aquellos momentos de tensión hicieron bajar la guardia a los presentes. Pedantín no estaba allí pa comerse unas berenjenas y punto. Se dirigió a la pantalla y comenzó a leer... a media lectura se levantó, miró para atrás y... “bueno, bueno,.. bueno..... ¡Este no sabe donde se ha metido! .... se ha pasado tres pueblos... con citas y todo.....buenoooooo!”
Pero el torero seguía allí, rodilla en tierra, frente a chiqueros... y mirando al público.
El primer topetazo mandó a la promesa del toreo dos metros parriba y seis patrás. Pero el Miura lo fue siguiendo y, sin dejarlo caer, lo recogió entre sus cuernos para acelerar endiabladamente hacia el burladero del uno.
De nada sirvieron los engaños de los subalternos: “Porrito, contigo esto ya no va”, pasó de largo. A Andresito de la Buena Finca ni siquiera lo miró. Iba ya como una bala.
Sí que estuvo gracioso que, mediada la infernal carrera, el Volti de la Wikipedia tirara la montera, levantara la cabeza e intentara adoptar la postura de un forçado portugués, como queriendo hacernos olvidar lo de la puerta gallola. Un disimulo patético pero gracioso.
El final ya se lo pueden imaginar, asqueroso, pringoso. Los del tendido uno no lo olvidarán. El mantón de la Tata de Fuenteheridos, que por un momento había presentido el renacer de su carrera cuando el mataor le brindara la muerte de aquel toro, quedó lleno de sangre y vísceras y lentejuelas. Nunca más ha vuelto a dedicarle una copla.

Nos quedamos con aquella frase de Andresito de la Buena Finca: “Mae’tro, que sé má intelihente é comprendé lah cosah anteh que loh demáh’”

Vlad se hizo famoso por tres cosas: su increíble arrojo y valentía (murió luchando con un ejército de tan solo 200 hombres contra un ejército de 120.000 turcos, algo que había hecho antes varias veces con éxito), su implacable sentido de la justicia y su extraordinaria crueldad, capaz de llamar la atención incluso en aquellos tiempos sangrientos.

2 comentarios:

Porrito dijo...

Pedantín es la reencarnación de Vlad Tepes, como demuestra la pintura mostrada. Conste que la identificación del mismo fue profesional y científica. Como si fuera el pequeño Lama. Nuestro reencarnado villano fue señalado por un Rumano que, al verlo, horrorizado, pronunció su auténtico nombre. Pedantín sonrió.

La foto era para ilustrar al lector sobre el miura en cuestión. Una reencarnación del mismísimo Vlad Draculae. De tal manera que habéis de saber, que, en caso de insistir en el ataque al Narcisín, corréis el riesgo de ser empalados.
En su reencarnación anterior Pedantín murió luchando con 200 hombres contra doce mil turcos (esa vez le salió mal, pero anteriormente lo había hecho más veces con éxito)

Mi intención era explicarlo en la entrada, pero no se qué me ha ocurrido, y ahora no puedo ni modificar lo escrito ni escribir cosas nuevas.

Volti dijo...

Buena redacción, tema bien seleccionado, humor, ironí­a,... una estupenda narración de nuestra singular cotidianeidad. Vamos, que me gusta este camino.
Por ahí­, por ahí­, Pedantí­n, que no te enteras.

En cuanto al toro, con mucho peligro, sí­, pero falto de casta y nobleza. Bufaba, cabeceaba y encaraba toriles. Muchos huevos pero embistiendo a destiempo y rehusando el caballo, vamos que pa haberlo devuelto. Lo que pasa es que la presidencia no era ni de tercera.

¿alguien me explica el rollo de Vlad Tepes? Una consulta telefónica de Pedantí­n a Volti Wikipedia (que contesto de inmediato y sin consultar, je je je), y ahora esto...